“Universidad Complutense de Madrid certifica Master en técnicas estrategicas en desarrollo de Coaching Político a: Carlos Hernández. Expedido el 15/04/1998″. Además del error de ortografía por la falta de tilde en la letra e de la palabra “estratégicas”, lo que es extraño para una universidad, más del nivel internacional de la Complutense de Madrid, el supuesto título es trucho (falso) por donde se lo mire.
Pero lo más grave para Carlos Fernández, quien cayó en San Juan por estar prófugo de España desde hace 11 años, es que podría transformarse en la evidencia de un delito: el de falsificación de documento público.
Tiempo de San Juan está publicando en exclusiva la existencia de este documento.
Las evidencias
El supuesto título tiene el apellido Hernández, con el que el exconcejal de Marbella buscado por causas de corrupción se había hecho llamar siempre en San Juan.
Está fechado en abril del ´98, lo cual es una rareza porque en ese momento ni se sabía qué era el mundo del coaching.
También es por demás extraño que el supuesto título no tiene las firmas del Director General ni del Decano de la Universidad Complutense.
Ante consultas hechas, en España no cierra de ninguna manera que en esa fecha la Universidad Complutense de Madrid otorgara ese tipo de habilitación en esa especialidad en esa década.
Además, los periodistas que conocen a Carlos Fernández en España jamás le conocieron alguna vinculación al mundo del coaching, mucho menos en 1998. Por esos días ya era un concejal del GIL, el partido fundado por el mentor de Fernández, Jesús Gil (quien fuera dueño del Atlético Madrid).
Incluso, Fernández ya era un escándalo por causas de corrupción en esos días, por lo que a nadie le habría pasado por alto que fuera un “master en coaching político”, como dice el supuesto título.
El documento deja en mal lugar a la defensa del exconcejal
Ese documento deja mal parada a la estrategia defenisva de Carlos Fernández, mecanismo que se puso en marcha inmediatamente con su detención.
Es que, hasta ahora, siempre se dijo que Carlos Fernández Gámez no cometió ningún delito en Argentina: ingresó legalmente al país en el 2006 porque aún la justicia española no había emitido un pedido de captura y siempre se dijo que aquí nunca adulteró su identidad en los papeles.
Al estallar el escándalo por la detención de la Policía Federal Argentina, Agencia Regional Cuyo, todo el entorno salió a decir públicamente que el exconcejal de Marbella nunca hizo algo ilegal en San Juan.
Su abogado en San Juan, Fernando Ramhé Quattropani; su abogado y hermano en España, Antonio Fernández; y su esposa sanjuanina, la periodista y exmodelo Carla Coppari, remarcaron con énfasis que en el acta de casamiento del 2008, cuando inscribió a sus hijos a su nombre, cuando anotó a sus hijos en la escuela, siempre lo hizo con el verdadero nombre: Carlos Fernández.
De esa forma intentaban apagar la gran sorpresa que provocó en San Juan que el sujeto que siempre se presentaba ante amigos, empresarios y políticos no era de apellido Hernández, sino Fernández.
El documento que revela Tiempo de San Juan pone en jaque esa coartada.