Alterar nuestra rutina en verano es de lo más habitual, sobre todo en lo que a hábitos alimenticios se refiere. Las vacaciones, el buen tiempo, todo juega en nuestra contra para mantenernos en forma. Ésta es la época del año en la que nos relajamos y aunque hayamos pasado el resto del año para mantener nuestra talla a raya, cuesta que nuestros esfuerzos no se disipen.
Y es precisamente por esto, por los esfuerzos que durante el resto del año hacemos, que no deberíamos abandonarnos y tirarlos por la borda. Desde el Hospital Clínica Ochoa Marbella, el especialista endocrinólogo José Luis Guijarro, recomienda entre otros consejos no olvidar un buen desayuno. Aunque los horarios se alteren, no deberíamos saltárnoslo. Lo ideal sería hacer una primera comida completa, que nos dé energía; que incluya fruta, carbohidratos integrales, lácteos desnatados o de soja y aceite de oliva.
A media mañana, también es conveniente tomar un pequeño tentempié, preferentemente fruta. El buen hábito de ingerir alimentos frescos debería acompañarnos especialmente en verano. La fruta es una de las mejores opciones para reponer líquidos, vitaminas y minerales. Encima apenas aportan calorías.
Las ensaladas son otra de las opciones que mejor nos vendrán en esta época. Si optamos por tomarlas de primero, que sean más ligeras, y en caso de plato único podemos añadir algún carbohidrato como arroz integral, patata o pasta. Otro ingrediente en caso que queramos añadir proteína podría ser el huevo o alguna carne blanca, como pollo o pavo. Los frutos secos o los quesos también son otra buena idea.
Muy importante no pasar hambre durante el día, ya que lo único que conseguiremos es atracar la nevera en cuanto nos sea posible. Lo ideal sería que comiéramos cada tres o cuatro horas, pocas cantidades.
El postre: el gran deseado. En este aspecto, el Dr. Guijarro lo tiene claro: “por sí mismo no tienen porqué ser desaconsejados, sobre todo si son de buena calidad, y siempre y cuando no abusemos de ellos”. Pero no olvidemos que son muy azucarados y que contienen grasas, por lo que las calorías se incrementan. Los sorbetes, las granizadas o los zumos naturales son alternativas más recomendables. Tampoco, como apunta el experto de Hospital Clínica Ochoa Marbella, relajarnos con los ofertados como aptos para diabéticos, ya que la fructosa se metaboliza en forma de grasa.
Cuidado con el alcohol. No siempre somos conscientes de las calorías que aportan las bebidas ni de que son vacías y se almacenan directamente en forma de grasa. Beber con moderación. Cuidado también con las resacas que irremediablemente despiertan nuestras ganas de glucosa.
Hacer algo de ejercicio es lo más recomendable para compensar los excesos en las vacaciones. El buen tiempo invita a los paseos diarios y si lo hacemos por la orilla del mar, encima, ayudaremos a tonificar nuestras piernas y a mantener en perfecto estado nuestra circulación.
Información remitida desde la Clínica Ochoa.