Diez candidatos para un monólogo El debate celebrado en RTV Marbella entre los diez aspirantes ha sido una sucesión de intervenciones, sin interrupción alguna, pero los tiempos pautados acordados lo han hecho más ágil de lo que se preveía ;La candidata del PP, Ángeles Muñoz, fue la única que incumplió la norma e intervino de pie, mientras el resto de sus rivales hablaban sentados en incómodos taburetes de bar ;La puesta en escena no ha podido ser más desairada para los contendientes, impropia de una televisión que les cuesta 2 millones de euros anuales a los ciudadanos El debate celebrado en RTV Marbella entre los diez aspirantes ha sido una sucesión de intervenciones, sin interrupción alguna, pero los tiempos pautados acordados lo han hecho más ágil de lo que se preveía ;La candidata del PP, Ángeles Muñoz, fue la única que incumplió la norma e intervino de pie, mientras el resto de sus rivales hablaban sentados en incómodos taburetes de bar ;La puesta en escena no ha podido ser más desairada para los contendientes, impropia de una televisión que les cuesta 2 millones de euros anuales a los ciudadanos

Los diez candidatos que se presentan a las elecciones en Marbella posando poco antes de iniciarse la grabación del debate este viernes

Los diez candidatos que se presentan a las elecciones en Marbella posando junto al moderador, Roberto Calzada, poco antes de iniciarse la grabación del debate este viernes

Si ya de por sí puede resultar complejo resumir un debate a cinco, o a siete, el lector podrá imaginarse lo que supone condensar por escrito un debate a diez, como el celebrado este viernes en Radio Televisión Marbella. En honor a la verdad, dado el formato de intervenciones de dos minutos tasados para cada aspirante, con turnos de réplica en cada uno de los dos bloques,  lo cierto es que ha sido bastante menos tedioso de lo que cabía esperar en una sucesión de monólogos sin interrupción alguna. Sin embargo, ha habido una puesta en escena desairada, caracterizada por la incomodidad de los contendientes al debatir,  impropia de una televisión que a los ciudadanos les cuesta dos millones anuales.

Sentados en incómodos taburetes, propios de un bar, el marco elegido ha sido el Hospital Real de la Misericordia, conocido como El Hospitalillo, en pleno Casco Antiguo. Allí se han dado cita los candidatos del PP, Ángeles Muñoz; PSOE, José Bernal; OSP, Rafael Piña; Izquierda Unida, Miguel Díaz; Costa del Sol Sí Puede (Podemos), José Carlos Núñez; UPyD, Francisco Moreno; PA, Enrique Piñero; Dumet Grayeb, Partido del Sur (PASUR), Manuel del Río, de Ciudadanos Habitantes y Gentes de Marbella (Change)  –partido que trata de imitar a Ciudadanos, al no presentarse el auténtico en la ciudad– ; y Neodemócratas, liderado por David Ingelmo.

El escenario, con una pésima acústica y luz solar colándose por todos lados, en un debate grabado a media mañana para ser emitido a las 22:00 horas no era nuevo. Ya fue el sitio para el cara a cara de 2011 entre Ángeles Muñoz y el candidato del PSOE, José Bernal. En aquella ocasión la alcaldable del PP vistió una chaqueta verde. La misma que ha lucido cuatro años después, si se comparan las dos fotografías. Será porque le trae suerte.

Los otros nueve rivales han optado por chaquetas con camisa, sin corbata en su mayoría, camisas a secas y una única corbata, la del cabeza de lista de Change.

En el primero de los dos bloques, dedicado a Economía, Administración Pública y Hacienda el IBI ha sido uno de los temas estrella, con las quejas recurrentes de la práctica totalidad de los nueve rivales de Muñoz sobre la presión fiscal que soporta Marbella, una de las mayores de España desde que ella llegó al poder en 2007.

La alcaldesa ha sido la única que se ha saltado las estrictas normas impuestas

Todo estaba encorsetado al milímetro, hasta la prohibición de levantarse de las banquetas, sólo incumplida por la candidata del PP, que se ha puesto de pie en cada una de sus intervenciones alegando que los tacones eran molestos para apoyarlos en el taburete estilo cafetería.

A todas luces parecía una estrategia buscada, con una realización que cuando la alcaldesa intervenía alternaba planos de ella con vistas generales del plató improvisado. La escena se prestaba a ser comparada con una especie de aula magna, donde una personalidad imparte una  conferencia ante nueve personas sentadas, que escuchan atentamente su magisterio. Apenas ha habido planos de escucha y en su mayoría de Bernal. Escogidos siempre con la cabeza baja mirando papeles.

“Juego sucio” y “trampas”

El candidato de IU, Miguel Díaz, ha calificado la actitud de la alcaldesa de “juego sucio” por “saltar” del taburete, “como tendrá que saltar de su sillón” del Ayuntamiento el 24 de mayo, en clara alusión a la pérdida de la mayoría absoluta del PP.

José Bernal, alcaldable del PSOE, ha acusado a la regidora de hacer “trampas”, al no permanecer sentada mientras hablaba. Se ha echado en falta que el moderador, Roberto Calzada, periodista de RTV Marbella, no haya reconducido la actitud de Ángeles Muñoz. Por lo demás, la actuación del presentador ha sido muy correcta y a la altura de la complejidad que entrañaba un debate de estas características, inédito en la historia de la televisión local en el municipio.

OSP y PA han rebatido a la alcaldesa datos económicos

Tanto el candidato de OSP, Rafael Piña, como el del PA, Enrique Piñero, edil no adscrito exPSOE, han sido muy hábiles a la hora de rebatirle datos económicos a la alcaldesa. Tanto de la deuda municipal, como sobre los presupuestos y el superávit del que ella presume.

Piña ha lamentado que la alcaldesa haya rechazado “trece veces” la propuesta de OSP para crear “una mesa de reactivación de la economía” . También el desempleo ha sido un asunto destacado, a la hora de subrayar el incremento del paro entre  mayo de 2007 (6.370 parados) ; 14.379 en el mismo mes de 2014 y “en mayo de este año se sobrepasan los 15.000”, ha recalcado el edil sampedreño.

Los 120.000 euros anuales del sueldo de Carlos Rubio

Piñero ha recordado “los 120.000 euros” anuales del sueldo de Carlos Rubio, alto cargo de confianza del PP y coordinador de Hacienda, como ejemplo de la reducción de gastos y cargos de confianza que habría que llevar a cabo a partir de la próxima legislatura.

Los paraísos fiscales

El candidato de Costa del Sol Sí Puede, José Carlos Núñez, ha expuesto que la política de contratación de cargos de confiaza llevada a cabo es la de “quienes están acostumbrados a gestionar en paraísos fiscales”. Ha sido una andanada en toda la línea de flotación de Ángeles Muñoz, en alusión a su inversión de 3 millones de euros en Luxemburgo. También iba dirigida hacia su ‘número 2’ en el PP, Cristóbal Garre, administrador de un amplio patrimonio de 25 inmuebles en Guadalmina, que son propiedad de dos sociedades offshore radicadas en el paraíso fiscal de la Isla de Man.

Núñez también ha criticado que se hayan gastado en febrero 97.000 euros en publicidad institucional, destinada a medios de comunicación, propaganda y publicidad.

Miguel Díaz, más teórico, ha hablado de la “Marbella invisible” a la que tanto alude IU en sus discursos sobre los más desfavorecidos. Ha propuesto poner en marcha una “red local de empleo”, con ONGS y cooperativas.

Bernal centrado en el desempleo

El candidato del PSOE, José Bernal, ha centrado su discurso del primer bloque especialmente en el desempleo, sin duda uno de los ejes de su programa electoral. Ha recordado la contratación de 62 personas de fuera del municipio (no empadronados), por parte del Ayuntamiento de Marbella en los planes de empleo joven.

El socialista ha lamentado el hecho de que el PP “rechazara” llevar a pleno el “gran pacto por el empleo” propuesto por los socialistas en numerosas ocasiones. Bernal ha anunciado que su primera medida de gobierno, en caso de ser alcalde, sería “crear empleo”.

Los diez candidatos posan después del debate celebrado este viernes

Los diez candidatos posan después del debate celebrado este viernes

Transparencia

El candidato de UPyD, Francisco Moreno, ha hecho hincapié en la propuesta que ya hizo nada más presentarse como candidato: “buscar una solución a las obras de ampliación del Hospital Costa del Sol”. Propone una “negociación” entre los ayuntamientos del ámbito de influencia hospitalaria y la constructora, “para permutar el aparcamiento por terrenos” en las distintas localidades costasoleñas afectadas.

La transparencia, emblema del que presume, la formación de Rosa Díez, también ha centrado el discurso de Moreno. De hecho, ha recordado algunos casos que desde la formación magenta sacaron a la luz, como el gasto del Audi de la alcaldesa y otras adjudicaciones de vehículos, además de contratos publicitarios.

La alcaldesa ha vuelto tirar de su argumentario habitual, sobre la “quiebra” de la administración local que se encontró al llegar en 2207. Muñoz ha metido al expresidente del Gobierno Zapatero en mitad del debate para insistir en la herencia del PSOE. Ha  llegado a culpar al exmandatario socialista de la subida del paro en Marbella entre 2007 y finales de 2012. En todo momento ha hablado de la “recuperación de la marca Marbella”, desde que ella ostenta el cargo.

El victimismo de la alcaldesa

Muñoz ha adoptado en todo momento un discurso victimista sobre su papel en el debate de “una contra nueve”, cuando realmente ha sido de guante blanco y la mayoría de los candidatos no se han dirigido a ella personalmente con ataques importantes centrados en su persona, más en la gestión del PP.

Alejada del ordeno y mando al que acostumbra en los plenos que preside, Muñoz aparecía incómoda y quejosa en todo momento “porque no se puede contestar a todo en dos minutos”, lamentaba con reiteración. El nombre del Partido Popular, cuyas siglas oculta en sus carteles y programas electorales, totalmente personalistas, sólo lo ha mencionado en el minuto final del que ha dispuesto para pedir el voto.

En ese último instante, tan trascendental porque supone dirigirse a los ciudadanos, la candidata conservadora parecía perdida, sin saber a qué cámara mirar, dirigiéndose  a uno y otro lado, sin centrar la vista en el telespectador. Una ocasión desaprovechada.

Proyectos pintorescos

El segundo bloque del debate ha estado centrado en equipamientos, infraestructuras y proyectos para la ciudad. No han faltado propuestas pintorescas, como el proyecto estrella de Manuel del Río (Change), de construir en Marbella una gran pista de esquí cubierta, “para alternar con el turismo de sol y playa”. Todo ello con el “asesoramiento” de la persona que “diseñó” la estación de esquí de Sierra Nevada, ha expuesto el inspector de Urbanismo.

En el caso de David Ingelmo (Neodemócratas) uno de sus proyectos emblema sería una “universidad on line”, que –ha asegurado– “atraería a muchos turistas”. Cabría preguntarse cómo iban a venir los turistas,  al ser un centro educativo por Internert. Quizás serían visitas virtuales.

Dumet Grayeb, un clásico desde hace doce años con su Partido del Sur (PASUR), abogado de profesión, ha propuesto que el Ayuntamiento de Marbella se persone en “todos” los procedimientos concursales de hoteles de Marbella abiertos en los juzgados. No ha pasado desapercibido el hecho de que Grayeb haya puesto como ejemplo Incosol, establecimiento vinculado a quien es su ‘número 2’ en la lista electoral. Se trata del conocido empresario José Antonio López Esteras (Grupo Jale).

2 Comments

  1. Gerardo Responder

    Lamentable y bochornoso. La puesta en escena ha sido tan calculadamente pésima que incluso ha afectado, aunque menos que a nadie y por la responsabilidad que en ella tenía, a la alcaldesa, aunque casi siempre logró situarse en un plano superior. Pero lo peor de todo es que los nueve protagonistas restantes están tan desunidos que no supieron plantarse y rechazar lo inadmisible.

    Desde que me enfrentaba a los profesores en los exámenes orales, no he visto situación más desairada. Incluso entonces procuraba yo ganar ventaja con un tono de voz firme y seguro y reconduciendo – cuando era necesario – a los miembros del tribunal en sus frecuentes distracciones, que luego intentaban hacerse perdonar elevando algo la nota. Empezaba mirándolos desde abajo, pero aprovechaba la más mínima oportunidad para subir a la pizarra a escribir lo primero que se me ocurriera, quedándome generalmente luego allí y ganando yo la ventaja, ya que me encontraba de pie y ellos sentados. La alcaldesa me trajo a la memoria aquellas maniobras.

    A partir del momento en que pude elegir, nunca he tenido una intervención pública cuyo escenario no visitara una hora antes, exigiendo los cambios que considerara oportuno. Nueve podían haberlo hecho, o no hubiera habido debate, opción que quizás hubiera sido la mejor para ellos.

    No pude seguir todo el espectáculo con la atención deseada. Primero, porque tenía amigos a cenar. Y segundo, porque era tedioso y aburrido, con algunos casos de rezos monocordes que le hacían a uno preguntarse quién había engañado a esa persona, haciéndole creer que podía ser político.

    No voy a contribuir a una mayor desunión indicando qué o quién me gustó, que también lo hubo. Pero lo que percibieron mis invitados – no eran de Marbella – es que más allá de la alcaldesa empezaba el desierto. Allí no había oposición. Cada uno “iba a su bola”, como si se tratase de quedar el primero en una competición de canto. Parecían no darse cuenta de que allí sólo había un enemigo, que no adversario, a batir.

    El único consuelo es que, una vez que no supieron rebelarse contra el “protocolo” impuesto y no seguido por todos, difícilmente lo podían haber hecho mejor.

  2. Gerardo Responder

    Perdonen las pequeñas faltas de sintaxis que se han deslizado. Creo que el editor de comentarios es fundamental.

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