La sombra del exalcalde Jesús Gil es alargada en Marbella. En este caso la de su primogénito y empresario inmobiliario Jesús Gil Marín, exalcalde de Estepona por el GIL (95-99) y uno de los herederos del difunto que deben indemnizar a las arcas municipales marbellíes con 63 millones de euros, además de intereses, tras una condena de 2012 en el Tribunal de Cuentas.
Las cuentas pendientes de la familia Gil con el Ayuntamiento de Marbella no han sido un obstáculo para que el teniente de alcalde delegado de Comercio, José Eduardo Díaz (PP), haya acudido solícito este miércoles a cortar la cinta inaugural y promocionar, con su presencia, la nueva sede de Gilmar en Puerto Banús, el consulting inmobiliario de Gil Marín.
La convocatoria de prensa se hizo a través de la patronal empresarial de Marbella (CIT Marbella), cuyo presidente, Juan José González (en la foto) y vicepresidente, Francisco Montero, también asistieron al evento. En el sarao, con horario de almuerzo, Jesús Gil Marín agasajó a sus numerosos invitados con una buena remesa de jamones pata negra de Joselito, de esos que en Marbella “la gente no sabía lo que eran hasta que llegué yo”, como acostumbraba a decir el polémico expresidente del Atlético de Madrid.
La directora comercial de Gilmar es la esposa del concejal de Urbanismo
Se da la circunstancia de que la directora comercial de la nueva oficina de Gilmar en Puerto Banús, Setareh Moreghi, es la esposa del teniente de alcalde delegado de Urbanismo en Marbella, Pablo Moro –también presente en la inauguración de Gilmar– actualmente procesado y a la espera de juicio oral por el conocido como ‘caso Funky Buddha Beach’.
Entre los rostros conocidos que se dieron cita en la inauguración se encontraba Ricardo Arranz, propietario del hotel Villapadierna, el conocido gestor Ricardo Sánchez Bocanegra, el marido de la alcaldesa, Lars Broberg, así como dos de los responsables de la nueva concesionaria de cementerios, José Carlos Moreno Pedrazuela y el arquitecto Fernando Gómez Huete, a su vez adjudicatario de otros servicios municipales.
Bueno, teniendo en cuenta los votos que cosechaba el Gil, es posible que estén haciendo pre-campaña electoral, especialmente para los nostálgicos de aquella época. Al resto de sus votantes pareces no importarle lo que se ha conocido hasta la fecha. El 4 de oct. de 2013 @JoanQueralt ya twiteó: “Los que luchan en contra de la corrupción están afectados por ella”
perdón, …”parece no importarles”. Deberían permitir editar los comentarios.
Verdaderamente esto suscita un reflexión en profundidad acerca de qué valores y claridad de ideas pueda haber. Esto, inevitablemente, parece un retroceso a “tiempos oscuros” una de cuyas consecuencias fue el declive de la ciudad, no su prosperidad precisamente.
Dirección del tuit de Joan Queralt. El autor lo ha pedido y ya se le ha facilitado.
https://twitter.com/joanqueralt/status/386161835117801475
Evidentemente, Cristina, esto es un retroceso, aunque hay que preguntarse si alguna vez se avanzó.
El Sr. Joan Queralt nos remite a la entrevista que dio pie a su tuit. El contexto en el que fue escrito. El contenido de la misma es de gran actualidad, ya que en ella se vierten una serie de consideraciones muy a tener en cuenta para que esta escandalosa situación de corrupción en España no se vuelva a repetir.
Reproducimos algunos de ellos:
“No supimos ver la señal”
“Tolerancia cero, que tiene empezar por nosotros”
“Una de las esperanzas es cambiar la mirada hacia estos chorizos…”
“Cuando hablamos del mal estado de la democracia, hay un mal estado institucional, pero hay un mal estado popular y social”.
“La gente respaldó a todos estos chorizos … Estos chorizos … se han perpetuado gracias a los votos de las gentes”
“La única esperanza es que se agote la paciencia”
Para finalizar, a modo de resumen, con:
“Si esto no está mejor de lo que está es porque a nadie le interesa”
En Marbella hay muchas empresas modélicas, que merecerían un mínimo de apoyo y respaldo oficial. El Ayuntamiento ha escogido a la del hijo del Sr. Gil, ex alcalde de Estepona por el GIL y condenado a pagar a Marbella 63 millones de euros, para promocionarla. Para proclamar a los cuatro vientos que la inmobiliaria más prestigiosa, fiable, digna de confianza y apoyo es la del heredero de GIL. Para comunicárselo a los posibles compradores españoles y extranjeros que empiezan a acudir al mercado de Marbella. Nadie lo entiende, salvo por el hecho de que la Directora Comercial de la Oficina es la esposa de un concejal. Pero para mí, con los antecedentes existentes, esto puede que sea lo menos importante.
¿Es esto una señal? Porque ahora sí la estamos viendo. ¿Es esto tolerancia cero? ¿Pretende la corporación perpetuarse con esta serie de insultos a la ciudad? ¿No bastan las tomaduras de pelo? ¿La ineficacia? ¿Los premios de más de cuatrocientos mil euros por “meter” un polígono donde no cabe ni la mitad?
“Indecente”. En palabras de Miguel Díaz, de Izquierda Unida.
Marbella carece de un grupo “influyente”, “líder” o como se quiera llamar, que ponga pies en pared: por eso las cosas llegaron a lo que llegaron. Es un hecho que la mayor instrucción hace que las personas vean antes y con mayor claridad hacia dónde van las cosas.
Sin embargo, de nada vale que haya dos dando la voz de alarma, mientras los demás se inhiben ante lo evidente, sea por cálculo egoísta, por cobardía o por falta de claridad en las ideas. Se necesita un grupo de veinte pronunciándose a tiempo, antes de que la sangre llegue al río. Eso evita daños innecesarios y propicia un seguimiento de los demás.
En Marbella no lo hay y eso cuestiona el orden de valores.