“Les puedo asegurar que hemos valorado mucho antes de dar esta rueda de prensa, por un ejercicio de responsabilidad”. La advertencia inicial de la edil Kika Caracuel no ha impedido que el Partido Popular de Marbella retomara su discurso catastrofista en plena temporada estival para denunciar que, a su juicio, existe “caos” en el servicio de limpieza municipal, así como “desgobierno en la Policía Local”.
Caracuel, que ha comparecido en rueda de prensa junto al también edil Félix Romero, considera que “hay que ser muy medidos en poner de manifiesto las circunstancias negativas que pueda atravesar una ciudad como Marbella en plena temporada”. No obstante, la exvicepresidenta primera de Diputación opina que “también haciendo ese ejercicio de responsabilidad, créemos que cuando nos enfrentamos al fin de semana de mayor ocupación del año, no podemos dejar pasar el pedir que esta situación se corrija”, ha dicho especialmente en alusión a la limpieza.
La actual portavoz del gobierno que lidera Elías Bendodo se ha referido a una “situación muy caótica” en determinados servicios. Caracuel sostiene que no ha habido “coordinación ni planificación” en un equipo que ha calificado de “desgobierno” en dos meses de gestión.
“Los ciudadanos de Marbella no pueden seguir viendo las islas ecológicas sin retirar, las calles sin limpiar y los contenedores desbordados, esa sí es una inquietud y un problema que tienen los ciudadanos”, ha insistido la portavoz de Hacienda y Personal del PP.
Críticas para el área de Turismo
Tampoco han faltado las críticas en el área de Turismo. Para el PP “no se sabe quién es el concejal”, afirman, cuando el alcalde dirige personalmente la delegación y el máximo responsable por debajo es Miguel Luna, que días atrás se reunía con una delegación del cotizado destino turístico de Punta del Este (Uruguay).
A pesar de que el portavoz del equipo de gobierno, Javier Porcuna, ha negado el cese de Manuel Osorio en Personal, “porque es una competencia del alcalde”, el PP también ha aprovechado la situación para arremeter contra el edil y hablar de “fuerte crisis”, además de “concejales de ida y vuelta”.
“Políticos aficionados”
Por su parte, Félix Romero ha llegado a calificar a los miembros del equipo de gobierno tripartito (PSOE, OSP, e IU) de “políticos aficionados” al frente de la ciudad. El exportavoz gubernamental del PP ha centrado su intervención en criticar la situación en la Policía Local, así como los “experimentos” en el cuerpo de seguridad.
“Se está minando el funcionamiento de la cadena de mando con múltiples asesores, que sin ser jefes naturales de la policía ni mandos naturales se permiten dar órdenes y que no cumplen con los servicios como el resto de agentes”, ha denunciado Romero.
Ha vuelto la vista atrás para asegurar que “en los ocho años de gobierno de Ángeles Muñoz nos hemos esforzado en dirigir la Policía Local sin inmiscuirnos en criterios profesionales”.
El portavoz conservador en materia de Seguridad ha anunciado que solicitarán al equipo de gobierno lo que ha calificado como “informe secreto”, sobre la intención de reincorporar al que fuera jefe de la Policía Local, Rafael del Pozo, condenado en el ‘caso Malaya’.
Del Pozo y Montoya
Para Romero, “se trata de una persona que perdió la condición de funcionario y no tenemos claro que se esté respetando la legalidad”, ha afirmado en relación a quien dirigió el cuerpo de seguridad local hasta 2006, cuando se inició la llamada ‘operación Malaya’ contra la corrupción municipal.
Por último, el exprimer teniente de alcalde ha calificado como “graves” las informaciones sobre posibles nuevos jefes de Policía Local, tal es el caso de José Andrés Montoya, ex responsable policial de Vélez-Málaga, “quizá para pagar favores a compañeros de partido”, ha insinuado Romero.
“Tenemos una escala de mando y de profesionales muy adecuada”, ha indicado el concejal opositor sobre la plantilla de 400 policías que, según ha dicho, hace tres meses, con el anterior gobierno, “funcionaba perfectamente”.
Resulta asombroso ver cómo esta gente sigue teniendo la cara de venir a dar lecciones sobre cómo gobernar una ciudad. La forma en que lo hacen ellos la hemos podido comprobar durante ocho nefastos años. Y espero que, cuando se limpie debajo de las alfombras, se ponga aún más de manifiesto su estilo dañino para los intereses generales, su parcialidad a la hora de gestionar la cosa pública, su impune y flagrante ineptitud, y su falta de transparencia, requerida para tapar todo lo anterior.
Pero lo que me llama más la atención es que – como siempre – intentan engañar a la opinión pública haciendo de sus propios defectos una virtud. Han acuñado para los componentes de la nueva corporación la calificación de “políticos aficionados”, sin darse cuenta de que – al hacerlo – se arrogan para ellos la denostada valoración de “profesionales”.
No sé si el Sr. Romero se ha parado a pensar en que los políticos profesionales son personas que han decidido dedicarse a la política de por vida, presumiblemente – salvo excepciones -porque no se ven con aptitudes para hacer otra cosa, porque quieren trabajar poco, o porque quieren situarse adecuadamente cerca de los resortes del poder y de los fondos públicos. Los políticos profesionales constituyen la peor lacra que tiene esta sociedad. Suelen hacer juramento de lealtad a unas siglas, cuando no a unas personas concretas, toman decisiones basándose en ocultos intereses o en consignas emanadas del partido, y sacrifican a menudo la dignidad – cuando no la legalidad – por mantenerse pegados al sillón que les ha sido asignado. Esos políticos, criados en viveros para la causa, valen tanto “para un roto como para un descosido”. A pesar de su falta de preparación, pueden ocupar los más variados puestos de responsabilidad, pasando por ellos sin enterarse de lo que tienen entre manos. Generalmente, las únicas decisiones que tomarán serán aquellas que les hayan sido impuestas en función de los intereses del partido. Ni siquiera pedirán opinión a auténticos expertos independientes – que podrían poner en evidencia su vergonzosa forma de actuar – por lo que terminarán su trayectoria, paradójicamente y a pesar de su “profesionalidad”, tal y como la comenzaron: siendo unos auténticos aficionados – en el peor sentido de la palabra – de la gestión en general y de la pública en particular.
Los políticos de la nueva corporación, afortunadamente, no son “profesionales”. Son políticos ocasionales – técnicos de las más variadas disciplinas – que ponen sus conocimientos, su esfuerzo y esperemos que su conciencia al servicio de los ciudadanos, de la legalidad y del bien común. Para poner al Sr. Romero un ejemplo ilustrativo que pueda entender, en este caso de su propio partido, diremos que el alcalde de Estepona – notario, registrador y abogado del Estado – sería un político ocasional, en contraposición a otros que sí calificaríamos de “profesionales” y cuya formación continúa siendo un misterio.
Sacudámonos, pues, a estos profesionales de la política y perpetuos aficionados de la administración pública, y pongamos en su lugar a personas que no tengan que depender de “la voz de su amo” para seguir llevando las habichuelas a casa. Queremos servidores públicos, no eternos vividores de las instituciones del Estado.
Gerardo, vuelvo a agradecerle su fidelidad como lector y sus comentarios asiduos, pero le insisto en que debería ser más breve en sus opiniones. Esto no es un blog. Saludos.
“Le insisto” significa que me ha dicho esto mismo anteriormente. No recuerdo ni dónde ni cuándo.
Su página, con independencia de cómo quiera denominarla, posee una arquitectura muy determinada. Y esta es la sección de “Comentarios” de esa plataforma, que – por si no lo sabe – le diré que se puede limitar al número de palabras o caracteres que se estime oportuno.
Eso sería lo más técnico. El concepto de “brevedad” es muy subjetivo.
¡Qué metedura de pata con lo de políticos aficionados!