Se acabó. El último eslabón de corrupción municipal que quedaba aún vinculado al Ayuntamiento de Marbella, Pedro Pérez ‘Chotis’, a raíz del juzgado y sentenciado ‘caso Malaya’, ha sido despedido por completo este miércoles.
La Junta de Gobierno Local, en sesión extraordinaria, ha adoptado la decisión de decretar su “despido disciplinario”. Para ello argumentan la comisión de faltas “muy graves”, consistentes en la falta “repetida, e injustificable” en su puesto de trabajo.
La decisión ha sido adoptada en el marco del expediente disciplinario incoado en fecha de 16 de febrero de 2016. Así concluye la escuetísima nota remitida a los medios de comunicación, posiblemente la nota de prensa más corta durante el mandato de José Bernal, como alcalde, que cumplirá un año el próximo 15 de junio.
El ahora despedido cumple condena de tres años y medio de prisión y multa de 85.000 euros por recibir sobornos de Juan Antonio Roca, cerebro de la trama de corrupción municipal. Recientemente intentó acogerse a una solicitud de “asuntos propios” desde la cárcel, con el fin de dilatar su despido, pero el equipo de gobierno la rechazó.
Personal laboral, no funcionario
Pérez Salgado era personal laboral, no funcionario, y fue además concejal del Partido Andalucista, así como exsecretario provincial de esta formación en Málaga. Escaló puestos gracias a su condición de lugarteniente y brazo derecho del ahora prófugo Carlos Fernández, líder local del PA en Marbella, que nunca pudo ser juzgado en ‘Malaya’ tras escapar a la acción de la Justicia.
El Ejecutivo que preside Bernal ha utilizado criterios similares a los empleados por la exalcaldesa del PP Ángeles Muñoz, cuando acometió el despido de Juan Antonio Roca, encontrándose éste en prisión.
Los jornaleros del fútbol, según José María García
Fernández, que fue previamente edil de Deportes del GIL entre 1991 y 1998, ya había sido condenado por apropiarse de 80.000 euros de las nóminas de los jugadores del club municipal Unión Deportiva San Pedro. El conocido periodista radiofónico José María García denominó a estos futbolistas los “jornaleros del fútbol”, por su condición humilde y sus bajos salarios, en comparación con los grandes.
La sentencia condenatoria firme consideró probado que Fernández y Antonio de Sola, también condenado, se apropiaron de parte de las nóminas de los deportistas.