El grupo de restauración Da Bruno, con la colaboración del Centro de Iniciativas Turísticas de Marbella (CIT), el Ayuntamiento marbellí y el Consulado de Italia en Málaga, ha impulsado una iniciativa con la que recaudar fondos para los damnificados del terremoto que asoló el centro de Italia el 24 de agosto y en el que falleció una ciudadana española, ha indicado este lunes el propietario de la cadena de restaurantes, Bruno Filippone.
El restaurador, que ha comparecido en rueda de prensa junto al alcalde, José Bernal, el vicecónsul de Italia en Málaga, Jorge Martínez-Echevarría, y el presidente del CIT, Juan José González, ha explicado que el próximo 24 de septiembre, un mes después del seísmo, ofrecerá en su establecimiento entre las 12.00 y las 17.00 horas un menú de cinco platos especiales cuya recaudación se destinará íntegramente para los damnificados.
Además, para recaudar más fondos para la iniciativa ‘Marbella AMAtrice’, en alusión a la ciudad más damnificada por el terremoto, se ha habilitado una cuenta corriente, cuya numeración se puede consultar en la web del Ayuntamiento de Marbella, para las personas que quieran realizar una aportación económica.
“En estos días nos sentimos más cerca que nunca del pueblo italiano. Acompañamos en su dolor a todas las personas que han perdido algún familiar en el terremoto y al mismo tiempo nos sentimos muy próximos a aquellos que se han quedado sin casa donde vivir”, ha sostenido Filippone, quien ha considerado que se trata de “un pequeño gesto que queremos hacer con la complicidad de todo el pueblo de Marbella con todo afecto y cariño”.
Solidaridad para ayudar en la reconstrucción
El vicecónsul de Italia en la provincia ha asegurado que España es uno de los países que más muestras de solidaridad ha tenido con los perjudicados del seísmo pero que se necesitan “muchísimos fondos” ya que el objetivo del Gobierno italiano es reconstruir Amatrice tal como era antes del terremoto por su alto valor patrimonial y cultural.
El terremoto, que alcanzó una magnitud de seis grados y tuvo su epicentro en las localidades de Amatrice y Accumoli, causó la muerte a 300 personas y provocó que 2.500 perdieran su hogar.
No estaría también nada mal que el grupo de restauración de Bruno y la CIT pusieran el mismo empeño en solicitar la apertura de la Biblioteca Central en Marbella cerrada desde hace más de un año o la creación de una nueva.Está muy bien preocuparse,además de ganar imagen solidaria por los demás, pero también hay que solucionar las necesidades internas, en este caso cultural, que tiene Marbella y origina extrañeza y sonrojo.Iñaki Arruabarrena.Marbella.