Esperanza Oña (Sevilla 1957) vive estos días un momento político muy dulce. Fue la primera política de peso en el PP de Andalucía que apostó desde el primer momento por la candidatura de Pablo Casado. Su apuesta ha triunfado y ahora está dentro del Comité Ejecutivo propuesto por el político palentino, tras el triunfo cosechado contra Soraya Sáenz de Santamaría.
A falta de que este jueves se conozca el cargo que le otorga el sucesor de Mariano Rajoy al frente de Génova, el nombre de la exalcaldesa de Fuengirola se ha barajado incluso como secretaria general. Quien fuera regidora con mayorías absolutísimas, de récord en España, y portavoz parlamentaria del PP-A, siempre se barajó como posible candidata para la Junta de Andalucía, antes de la designación de Juanma Moreno. Se muestra muy diplomática con Javier Arenas, a pesar de sus desencuentros. Oña concede esta entrevista a Marbella Confidencial por teléfono, a caballo entre Madrid, Sevilla y Málaga.
Su agenda no puede ser más intensa. Todos los medios de comunicación le reclaman entrevistas y declaraciones. Su reaparición política, una vez cerrada la etapa de Arenas en la escena nacional y andaluza, es un hecho. El distanciamiento entre ambos, aunque ella trata de quitarle hierro, es incontrovertible. Ahora, en Andalucía, ella y el exministro Juan Ignacio Zoido, son los pesos pesados que tratarán de llevar a cabo la integración de los ‘casadistas’ en las futuras listas autonómicas y municipales que deberán consensuar y pactar con el presidente del PP-A, Juanma Moreno, declarado ‘sorayista’.
PREGUNTA .- ¿Qué le llevó a apoyar a Pablo Casado desde el minuto uno cuando nadie destacado en la provincia lo hizo y son los llamados ‘cospedalistas’ quienes luego se pasaron a su candidatura?
RESPUESTA.- Yo me había hecho una reflexión sobre que había terminado una etapa, porque el presidente Rajoy había decidido marcharse y me parecía que para terminar esa etapa bien había que empezar otra bien. Para mí la persona capaz de hacerlo y liderar ese cambio y renovación era Pablo Casado. Él pretendía establecer unos principios muy sólidos y le gustaba el debate ideológico. Quería posicionar al partido como una gran fuerza política y me pareció la persona adecuada. Desde que le he visto aparecer en tertulias, he pensado que su capacidad de comunicación es muy importante. Teníamos que empezar una nueva etapa sin ningún tipo de reminiscencia, o mochila. Casado es una persona completamente libre y me parecía que no había otra opción.
P.- Son numerosos los analistas políticos en España que coinciden sobre que en este país, al contrario que en otros, como por ejemplo Reino Unido, se da la paradoja de que un político se declara liberal-conservador ¿cómo se puede ser las dos cosas a la vez, como se define el señor Casado?
R.- Cuando surge el Partido Popular fue gracias a la suma de muchos perfiles ideológicos distintos, por lo que yo creo que no hay ninguna incompatibilidad en ser liberal y conservador a la vez, porque el PP ya es un partido que suma todas esas sensibilidades. Para mí una persona liberal-conservadora es alguien que cree en cierta medida como base en la libertad, el liberalismo económico, un gran respeto por la persona y como ha dicho el propio Pablo la familia es el eje fundamental y tiene que haber políticas fundamentales que ayuden ala familia. Lo fundamental es el valor de la persona por encima del Estado y que haya menos intromisión política.
P.- Si le parece vamos a analizar algunos postulados del señor Casado, como volver a la ley del aborto de 1985. Las hemerotecas reflejan que usted en 2014, a diferencia de otras diputadas del PP, hizo una defensa de la Ley del Aborto, me refiero a la llamada ‘Ley Gallardón’ que fue rechazada.
R.- Yo hice una defensa de la que se suponía que iba a ser la reforma que haría el Partido Popular que luego quedó en nada. Cuando me propusieron que hiciera esa intervención en el Parlamento Andaluz pregunté si aquello era sólido para yo dar ese paso. Luego no fue así, pero no me costó trabajo hacerlo. Estaba convencida de lo que decía y he pensado siempre igual sobre defender también al embrión y al feto, porque aquí se trata de dos identidades. Hay que dar seguridad jurídica tanto a la madre como al feto. Nos olvidamos muchas veces del no nacido, y solamente se piensa en la embarazada que no desea tener ese hijo. Ese fue el debate, pero yo luego he defendido la Ley de Transexualidad en Andalucía con especial hincapié en que no hubiera homofobia ni discriminación con el colectivo LGTBI.
P.- Hace tiempo que tenía ganas de preguntarle sobre algo de lo que se habla mucho: ¿por qué ese distanciamiento entre usted y Javier Arenas en los últimos años, qué ha fallado entre ustedes?
R.- ¿Hablamos de Javier Arenas y de mí?
P.- Sí, sí, un distanciamiento político que se trasluce en las crónicas, es algo de lo que se habla de forma generalizada en todos los medios de comunicación y análisis. Usted fue portavoz en el Parlamento Andaluz y luego se distanciaron. No se cuánto hace que usted no habla con el señor Arenas.
R.- Bueno, he hablado con él en este Congreso, le he saludado, y luego las veces que le visto en el Parlamento le he saludado con toda normalidad. Yo lo que puedo decir es que jamás en la vida he tenido ningún tipo de antipatía al señor Arenas, nunca he tenido por mi parte ningún distanciamiento y si ese distanciamiento es tan objetivo, visible y evidente no ha sido por mi causa ni por mi parte.
P.- ¿El ‘arenismo’ ha terminado en España y en Andalucía, se cierra una etapa?
R.- (Tímida sonrisa). Bueno, yo lo que espero es que se cierre una etapa, porque ya no tenemos el presidente nacional que había, hay uno nuevo y tenemos que abrir una etapa nueva a la que hay que mirar con muchísima esperanza, optimismo e ilusión. Todo el mundo tiene que dejar que se abra y todo lo demás son zancadillas y poner chinitas en el camino. Espero que vayamos todos por el modo de hacer política de forma limpia y transparente.
P.- ¿Cómo le han sentado las declaraciones de Celia Villalobos sobre que había ultraderecha en la candidatura de Casado?
R.- La verdad es que me ha parecido una cosa muy anecdótica y no querría elevarlo al nivel de conflicto, o polémica. Ella se atrevió a decir eso en un momento determinado sobre que había muchísimas personas de ultraderecha. Yo no conozco a nadie. A todos absolutamente en el PP nos llamaron la atención esas declaraciones y no hay mucho más.
P.- ¿Por dónde pasa la renovación en el Partido Popular de Andalucía tras este último congreso que gana Casado?
R.- En este momento nosotros tenemos en el PP andaluz un candidato que ya está elegido en un congreso. De la misma forma que hay que ser absolutamente respetuoso con lo que ha decidido el último congreso nacional, tenemos que ser respetuosos con lo que salió de ese congreso en Andalucía. Yo creo que en este momento hay que esperar a que pasen las elecciones autonómicas. La idea de renovación, como bien ha dicho el presidente Casado, no es una cuestión de edad ni sexo, sino de ideología, buscar a las figuras principales y la gente más atractiva. Tenemos que buscar que las listas en cada provincia sean las más atractivas que se puedan conseguir, con personas sólidas que le puedan dar mucha fuerza a la candidatura del PP en Andalucía. Hasta ahora, según las encuestas no vamos bien y me gustaría que se note que está Pablo Casado para ser un revulsivo.
P.- ¿Tiene tan claro como el señor Moreno que vaya a haber adelanto electoral en Andalucía?
R.- No lo tengo tan claro, porque en política se puede ver de todo. Sé que la presidenta de la Junta actuará en función de las encuestas que tenga. Otra cosa es con la lógica que podamos pensar que en ese caso sí estaría de acuerdo al cien por cien con el señor Moreno. Es muy probable que se adelanten pero puede ser que no.
P.- Se lo digo porque a falta del anuncio oficial suena como muy posible el 28 de octubre, efeméride del PSOE por la victoria de Felipe González en 1982.
R.- He oído esa fecha, pero todo va a depender de cómo sean las encuestas al final del verano. Será lo que pese para que señora Díaz convoque elecciones, o no.
P.- Su cargo en la Mesa del Parlamento Andaluz requiere presencia constante ¿será fácil de compaginar con la labor que le va a encomendar Casado en Génova 13?
R.- (Acusado silencio). Pues… no lo sé, porque sí sé lo que requiere la Mesa del Parlamento pero yo no sé lo que requeriría alguna responsabilidad en la sede nacional. Tendría que informarme para contestarle bien a esta pregunta. De momento creo que una responsabilidad en Génova exigirá una dedicación importante. Ser compatible una con otra sinceramente no lo sé en este momento.
P.- ¿Cómo se puede coser el PP andaluz en este momento? porque las discrepancias han salido a la luz y son evidentes.
R.- Sí, pero esto ya es una cuestión de decisión de cada una de las candidaturas. De la misma manera que Soraya Sáenz de Santamaría decía en campaña que quería integrar antes de la votación, e ir unidos, ahora ella tiene que entender que no ha ganado el Congreso y lo más importante para ella y su equipo tiene que ser el PP. Todos tenemos que colaborar con el nuevo presidente, cualquier otra cosa es hacer daño al partido y debilitarlo de cara a las próximas elecciones y jugar sucio. Hay que demostrar cada día que no hay ningún tipo de rencilla.
P.- Por cierto, hablando de jugar sucio, como usted dice ¿han sido tan fuertes las presiones en Andalucía durante estas primarias, por parte de la otra candidatura?
R.- Bueno… lo que sí ha sido muy marcado en Andalucía y se ha visualizado mucho es el apoyo a Santamaría, sobre todo ya en la segunda vuelta. En la primera el apoyo estaba repartido según las provincias entre Cospedal y Santamaría. Lo que tenemos que plantearnos es lo que no tiene que volver a pasar. En mi opinión, la neutralidad que ha mantenido Feijóo, desde el principio hasta el final, ha sido ejemplar. Esto es lo que tenía que haberse hecho, ni mucho menos conveniente, que desde las direcciones provinciales se establezca el candidato preferido y todo el mundo vaya en rebaño a votar al mismo. Unas primarias son para elegir en libertad, si no se marcaran tantas directrices después no habría tantas rencillas.
P.- Desde el ámbito de Marbella llama la atención el afán de Ángeles Muñoz en cuanto a traer aquí a Santamaría cuando ya había estado en Málaga y provincia. Un cierre de filas total.
R.- Lo que yo he visto es que con Pablo Casado, de ninguna manera ha sido así. Ahí se puede ver claramente que las directrices crean como pandillas, y no lo digo en el mal sentido, como mi pandilla enfrentada a la tuya. Si todo hubiera sido absolutamente neutral nos habríamos ahorrado un montón de roces durante la campaña y después del Congreso.
P.- ¿Se puede decir que usted ha sabido esperar su momento y ha llegado?
R.- No he pretendido jamás esperar mi momento, no lo pretendo tampoco ahora. No he hecho ningún tipo de negociación con Pablo Casado, jamás me ha prometido nada ni yo se lo he pedido. Colaboré con él porque me pareció la mejor opción y, simplemente, el hecho de que me haya incluido en el Comité Ejecutivo Nacional ya es un motivo de enorme satisfacción. Yo sé que nunca nadie me cree cuando digo que no aspiro a más en política, pero esta es la verdad.
P.- ¿Se ha sentido cómoda con el apelativo de ‘verso suelto’ dentro del PP andaluz?
R.- Tampoco me ha preocupado mucho, pero realmente no creo haber sido un verso suelto. Soy una persona que en todas las ocasiones que me he presentado a la elecciones nada más que le he dado buenos resultados al partido. Jamás he sido indisciplinada y siempre he manifestado mi opinión, dentro, donde la tengo que manifestar. Me parece una cuestión de lealtad y no de verso suelto. Callarse, hacer la pelota, todo esto que vemos tanto en política son personas no leales, que hacen muchísimo daño. Que me califiquen como quieran, siempre he actuado desde la honestidad y siendo fiel a mis principios. Siempre he dicho lo que me parecía mejor, desde mi humilde opinión, con la capacidad de equivocarme y no he engañado a nadie en toda mi vida.