Los trabajadores de las obras que se llevan a cabo para la rehabilitación del conocido edificio de La Fonda, en la calle Ancha del Casco Antiguo de Marbella, se encontraron con una gran sorpresa a comienzos del mes de junio, cuando hallaron restos humanos en el subsuelo de este inmueble al hacer una excavación.
El hallazgo era un secreto a voces entre los vecinos de la zona hasta que algunas fotos comenzaron a circular en redes sociales en la tarde noche del sábado.
Marbella Confidencial ha podido verificar este domingo, in situ, que los restos pueden verse con facilidad a través de una de las ventanas exteriores que dan a la calle Ancha, frente a la plaza de la iglesia del Santo Cristo.
Hay al menos dos cuerpos, uno de ellos completo, que estaban enterrados allí a poca profundidad, sin descartarse que haya más cuando se amplíen los trabajos arqueológicos de rigor, tras haber dado parte al Ayuntamiento de Marbella.
Este medio digital se ha puesto en contacto con Adrian Gilbert, uno de los socios promotores de este proyecto de rehabilitación para recabar su versión al respecto. El empresario francés asegura que el hallazgo se produjo a “unos setenta centímetros de profundidad” y sostiene que han trabajado durante “tres meses en estas obras” desde que consiguieron “la renovación de la licencia”.
Cabe recordar que fue el pasado 2 de marzo cuando la alcaldesa, Ángeles Muñoz, acudió a la presentación y colocó la primera piedra del futuro establecimiento hostelero (hotel-restaurante).
Gilbert detalla que están “elaborando un informe” sobre la catalogación de estos retos, por parte de “siete arqueólogos”, bajo supervisión del Ayuntamiento. Estos profesionales ya presentaron otro informe ante la administración local, al iniciarse las obras, sobre “lo que se podía encontrar allí”, ha precisado.
“Son restos muy antiguos, que pueden ser de hace trescientos años, de hace más de cien seguro” especula este promotor inmobiliario a falta de los informes definitivos. Añade Gilbert que a partir de ahora “toda la excavación se va a hacer a mano”, como no podía ser de otra manera, protocolo que se sigue en este tipo de casos.
Siempre en el terreno de las especulaciones en las que se mueven, por el momento, los propietarios del inmueble no descartan que estos enterramientos tengan que ver con la cercanía de la ermita del Santo Cristo “o con algo que estaba un poco más arriba anteriormente”. Añade Gilbert que “en el pasado, donde había iglesias, había cadáveres enterrados allí”.