Hospital Quirón explica cómo prevenir el codo de tenista, una lesión habitual en estos deportistas Tras colaborar con la eliminatoria de la Copa Davis que ha tenido lugar en MarbellaTras colaborar con la eliminatoria de la Copa Davis que ha tenido lugar en Marbella

Imagen del Hospital Quirón de Marbella

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El Hospital Quirónsalud Marbella, tras colaborar con la primera eliminatoria de la Copa Davis que tuvo lugar en el municipio malagueño, ha explicado qué es, cómo evitar y de qué manera tratar el codo de tenista, una de las lesiones más habituales en este deporte.

El jefe del Servicio de Rehabilitación y Fisioterapia del Hospital Quirónsalud Marbella, Marcos González Sedano, ha asegurado que “el tenis es uno de los deportes más saludables, ya que mejora la resistencia física y, al mismo tiempo, nos ayuda a ganar velocidad, fuerza y mejorar nuestros reflejos”, aclarando que “siempre que lo practiquemos de forma correcta y con un entrenamiento adecuado que nos permita evitar lesiones”.

El codo de tenista, o epicondilosis lateral, es una enfermedad del codo provocada por el exceso de uso. “La repetición de los mismos movimientos una y otra vez provoca una inflamación y posterior degeneración de los tendones que unen los músculos extensores de los dedos y del carpo, los músculos supinadores del antebrazo y el epicóndilo lateral, produciendo dolor, ardor y sensibilidad en esta zona”, ha señalado González.

“Cualquier persona que realice estos movimientos puede padecer epicondilosis lateral aunque en deportes como el tenis, una mala técnica y un equipo inadecuados pueden incrementar los factores de riesgo”, ha destacado el jefe de Fisioterapia del Quirónsalud Marbella.

“Recientemente se ha comprobado que el codo de tenista se debe, en la mayoría de los casos, al daño en un músculo específico del antebrazo: el extensor radial corto del carpo”, ha apuntado González asegurando que este músculo contribuye a la estabilización de la muñeca.

“Cuando dicho músculo se debilita debido a la repetición y uso excesivos, se forman desgarros microscópicos en el tendón donde se une al epicóndilo lateral, provocando los síntomas que comentábamos anteriormente”, ha recalcado.

Tratamiento y prevención

En cuanto al tratamiento, Marcos González ha explicado que la primera intervención está enfocada a la protección, disminución de la inflamación y fortalecimiento de los músculos y tendones. “Debido al origen inflamatorio de la lesión, la primera medida para tratarlo será la aplicación de hielo (crioterapia) al inicio de la aparición de síntomas”.

En este sentido ha destacado que “es importante reducir y modificar, disminuyendo el tiempo y la intensidad, las actividades causantes de dolor y realizar descansos”. Además, ha recomendado “acompañar el tratamiento con punción seca de los puntos ‘trigger’ de los músculos del antebrazo, vendaje funcional de la zona”.

Así, “una vez desaparecidos los síntomas, la recuperación se debe de completar con ejercicios de readaptación al esfuerzo, incluyendo ejercicios específicos excéntricos y chequeo del gesto técnico”, ha detallado.

En el caso de que la lesión no mejore con las anteriores medidas, y “sean casos extremos” en los que el dolor y la inflamación permanecen después de varios meses, “habrá que recurrir al tratamiento quirúrgico, una intervención generalmente laparoscópica que liberará una parte de la inserción ósea del tendón”. Tras la cirugía, se deben continuar realizando ejercicios de estiramiento y de fortalecimiento de los músculos, ha apostillado el fisioterapeuta.

Por otro lado, ha asegurado que “sin duda, la preparación técnica con un buen entrenador y la utilización de un equipo adecuado a nuestra forma física jugarán un papel determinante a la hora de ayudarnos a prevenir esta y otras lesiones”.

Según algunos consejos del jefe del Servicio de Rehabilitación y Fisioterapia del Hospital Quirónsalud Marbella, en este sentido, es importante elegir una raqueta con el peso suficiente para que sea estable y absorba una gran porción del impacto. Asimismo, hay que tener en cuenta, ha incidido, en que sea lo suficientemente ligera para no sobrecargar los músculos.

Además, “no hay que olvidar incorporar a nuestros ejercicios aquellos que nos ayuden a desarrollar más la fuerza dinámica y la resistencia muscular en esta zona del brazo, así como el calentamiento previo, fundamentales en la rutina de cualquier deportista”, ha concluido Marcos González.

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