Los sorprendentes resultados de las elecciones europeas en mayo de 2014, en las que Podemos consiguió cinco eurodiputados y Ciudadanos dos, constituyeron el principio del mayor cambio en el sistema de partidos políticos que ha vivido España desde el año 1982. En Marbella, las modificaciones en las preferencias de voto no han afectado en estos últimos tres años de forma abrupta a las principales fuerzas políticas (PP y PSOE), que han seguido copando las primeras posiciones en todas las contiendas electorales, pero sí han sido determinantes para que haya tenido lugar un cambio de gobierno municipal cuya continuidad dependerá del papel que tengan en 2019 las formaciones lideradas actualmente por Pablo Iglesias y Albert Rivera.
Mayo de 2014. El resultado de las elecciones europeas dejó dos claros “vencedores”, Podemos y Ciudadanos. A pesar de que el PP ganó aquellos comicios al conseguir 16 de los 54 escaños en disputa y de que IU se situó en tercer lugar con seis eurodiputados, el partido de Pablo Iglesias que quedó en cuarto lugar con cinco parlamentarios, rentabilizó como nadie su resultado electoral, ya que su presencia en los medios de comunicación se multiplicó exponencialmente a raíz de conseguir representación en Bruselas. Meses más tarde, daría el “salto mediático”, Ciudadanos, que liderado por Albert Rivera, empezó a tener mayor proyección mediática y a subir en las encuestas, pero, sin nunca alcanzar el nivel de la formación morada.
Por contra, IU y UPyD, han tenido una evolución tendente a la baja que ha llevado entre otros motivos, a la coalición roji-verde a coaligarse con Podemos y, al antiguo partido de Rosa Díez reducido a la marginalidad.
El PSOE, que había obtenido en las elecciones generales de 2011 su peor resultado electoral, siguió perdiendo votos. Los resultados de los comicios europeos, provocaron, que su entonces secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba convocase un Congreso Extraordinario, en el que mediante un proceso de primarias, se eligió como sucesor a Pedro Sánchez. Después, Susana Díaz ganó las elecciones andaluzas y tuvieron lugar los comicios autonómicos y locales de mayo de 2015, que permitieron al Partido Socialista recuperar el poder en varias comunidades y ayuntamientos, como sucedió en Marbella.
Sin embargo la espectacular irrupción de Podemos en el panorama nacional y en menor medida la de Ciudadanos provocó que el Partido Socialista volviese a ver menguada en diciembre de aquel año su representación en el Congreso que se redujo a 90 escaños. Tras varios meses de negociaciones fallidas, los ciudadanos acudieron en junio de 2016 de nuevo a las urnas y el PSOE perdió cinco escaños, quedándose con 85 parlamentarios en las Cortes, manteniéndose como segunda fuerza política, a pesar de que casi todas las encuestas aseguraban que la coalición “Unidos Podemos” iba a sobrepasar a los socialistas.
De esta manera, ha tenido lugar un proceso de redefinición de gran magnitud en el sistema de partidos, que se ha producido en España desde las elecciones generales del añ0 1982. En aquella ocasión el PSOE barrió con 202 escaños, la Unión de Centro Democrático (UCD), pasó de tener 168 escaños a 11, mientras Alianza Popular obtuvo 107 parlamentarios cuando en 1979 apenas había alcanzado los nueve.
El PP acabó perdiendo la mayoría absoluta a pesar de que C’s no se presentó a las elecciones municipales
En Marbella el escrutinio final de las elecciones europeas preocupó a varios miembros del PP que intuyeron en ese momento que parte de su electorado optó en aquella oportunidad por Podemos y UPyD. De hecho, el antiguo partido de Rosa Díez tuvo en aquella ocasión muy buenos resultados en zonas muy afines al Partido Popular en la localidad como Guadalpin.
Pero en política un año es una eternidad y en menos de doce meses, la formación magenta quedó relegada a la marginalidad tras no lograr representación en los comicios andaluces de marzo de 2015 y ser desplazada por Ciudadanos como partido referente de la corriente de opinión que demandaba una regeneración y reforma de las instituciones sin rupturas y dentro de la Constitución, así como la defensa de la unidad de España frente a los nacionalismos.
Pero el partido de Albert Rivera que a partir de ese momento tuvo una evolución electoral positiva en la ciudad al pasar de obtener un 2,28 % de votos en las elecciones europeas de 2014 a un 11,12 % en las autonómicas de 2015, decidió finalmente no presentarse a los comicios municipales de 2015 tras una serie de conflictos internos, acusaciones y contrariedades que se dieron en el seno de la formación en la localidad.
Este contexto aparentemente favorecía al Partido Popular, que sin embargo acabó perdiendo la mayoría absoluta en las elecciones municipales de 2015 y con ella la Alcaldía de Marbella al producirse un pacto entre las diferentes fuerzas políticas de izquierda con representación en el pleno municipal y Opción Sampedreña.
La llegada de Costa del Sol Sí Puede con dos ediles al Pleno del Ayuntamiento -que no afectó en este caso a IU, que mantuvo su representación- , los más de 2.300 votos, que como demostró Marbella Confidencial le faltaron al PP para obtener el concejal número catorce y sobre todo, la decisión de OSP -que se situó en 2015 como fuerza visagra- de propiciar un cambio de gobierno a nivel local, provocaron que al final, el socialista José Bernal fuese elegido alcalde, a pesar de que su candidatura quedó en segundo lugar en las elecciones municipales.
El sorpasso en Marbella de Ciudadanos a Podemos
Desde los comicios locales de 2015 la evolución de los “partidos emergentes” en Marbella ha sido desigual. Ciudadanos consiguió el apoyo de un 18,11 % de los votantes que acudieron a las urnas en las elecciones de diciembre de 2015, bajando éste a un 17,23 % en la repetición de los comicios en junio de 2016. Con todo ello, los datos son superiores a los de los sufragios autonómicos de marzo de 2015, en los que el partido de Albert Rivera obtuvo un 11,12 % de apoyos.
Sin embargo, la evolución más singular ha sido la de Podemos. El partido de Pablo Iglesias superó a Cs en las elecciones europeas y autonómicas de 2014 y 2015 cuando obtuvo respectivamente el 6,52 y 13,92 % de los sufragios emitidos frente al 2,28 y 11,12 % que la formación de Albert Rivera consiguió en aquellas ocasiones.
Después de los comicios locales, la situación cambió. Ciudadanos superó a la formación morada en las dos últimas elecciones generales en las que con el 18,11 % en 2015 y el 17,23 % de apoyos, la lista encabezada en Málaga por Irene Rivera tuvo un mayor número de apoyos en Marbella que la candidatura liderada por el profesor de la UMA, Alberto Montero, que llegó a tener en la ciudad el 16,15 (2015) y el 15,71 % (2016) de los votos.
IU mantiene el tipo en las elecciones municipales
Desde las elecciones europeas, Podemos ha superado en número de votos a IU en las tres votaciones en las que ambas formaciones se presentaron por separado. Sin embargo, la distancia entre ambas formación se redujo considerablemente en los comicios locales de 2015 donde la coalición liderada en Marbella por Miguel Díaz consiguió con el 6,77 % de los votos, dos ediles, mientras que Costa del Sol Sí Puede que obtuvo un 8,20 % de los sufragios y con ello dos concejales, no fue capaz de atraer la totalidad de apoyos que Podemos tuvo en las elecciones autonómicas de marzo en la localidad.
Por otro lado, Marbella fue uno de los municipios que mejor reflejaron el hecho de que la coalición Unidos Podemos no tuvo los efectos esperados. La caída que sufrió la formación liderada por Pablo Iglesias entre los comicios generales de 2015 y 2016, fue mayor que la que tuvo Ciudadanos, si se tiene en cuenta que la suma de los porcentajes de votos de Podemos e IU en diciembre de 2015 fue de un 21,15 % frente al 15,71 % que obtuvo la coalición Unidos Podemos en junio de 2016.
El papel de los partidos emergentes en las elecciones de 2019
El panorama de cara a las elecciones locales de 2019 se presenta incierto. Varios miembros de OSP han hecho declaraciones estos últimos meses en las que se insinuaba que la formación estaría dispuesta, antes de acabar la legislatura, a propiciar un nuevo cambio de gobierno en Marbella. Éste, podría llevar a los ‘populares’ a recuperar la Alcaldía, aunque el entorno más cercano a Ángeles Muñoz, y la propia senadora, rechazan esta opción. Frente a esto, el presidente de la Diputación y del Partido Popular de Málaga, Elías Bendodo, ha mantenido contactos con el líder de OSP, Rafael Piña, que en sus últimas intervenciones se ha empeñado en distinguir entre la existencia de un PP ‘bueno’ y otro ‘malo’.
Tampoco está claro el papel que tendrá Ciudadanos en el futuro. Todas las encuestas apuntan a que la formación naranja está perdiendo apoyos entre los electores, en beneficio del Partido Popular. Sin un líder local consolidado, la evolución de C’s en los próximos dos años tanto a nivel nacional como local será con toda seguridad una de las variables clave en los cálculos que el PP va a hacer con objeto de volver a la Alcaldía.
La posible unión entre Podemos e IU, a nivel local y sus posibles efectos, constituye otra de las incógnitas a despejar. La coalición Unidos Podemos se dejó, a nivel nacional, en torno a un millón de votos por el camino, algo que para algunos sectores del partido de Pablo Iglesias demuestra que esta iniciativa no fue una buena idea. Sin embargo, la posibilidad de una candidatura conjunta a nivel municipal se podría llegar a plantear. De hecho, no se descarta, según los líderes locales de Podemos e IU.
Por otro lado, el PSOE, espera, entre otras cosas, que su gestión sea bien valorada por los ciudadanos que, influenciados por el denominado “efecto gobierno”, podrían optar por un voto pragmático hacia la figura de José Bernal, dejando aparte sus propias afinidades políticas con otros candidatos.