El juez Ricardo Puyol compareciendo este miércoles en el Parlamento de Andalucía. FOTO/ web Parlamento
Los grupos de izquierda en el Parlamento de Andalucía PSOE y anticapitalistas no adscritos, liderados por Teresa Rodríguez (exPodemos) han tumbado con su abstención, este miércoles, el nombramiento del juez Ricardo Puyol como máximo responsable de la recién creada Oficina Antifraude, también conocida como “oficina anticorrupción”.
El resultado de la votación secreta, llevada a cabo en urna, ha sido de 58 votos a favor (PP, Cs, Vox y Unidas Podemos); 42 abstenciones (PSOE y anticapitalistas), así como un voto nulo. Era necesario el apoyo de tres quintos de la Cámara autonómica, por lo que dentro de dos semanas volverá a celebrarse una nueva votación, para la que sólo será necesaria la mayoría absoluta (55 votos) reunida por Partido Popular, Ciudadanos, partido que propuso el nombre del magistrado, y Vox.
Se da la circunstancia de que durante la mañana, horas antes de la votación, ningún grupo parlamentario mostró objeción alguna al nombramiento de Puyol, un juez considerado como auténtico ‘pata negra’ frente a la corrupción municipal y urbanística en Marbella, instruyendo casos relacionados con la gestión del GIL al frente del Consistorio. Además, imputó al actor Sean Connery en el sonado ‘caso Goldfinger’, lo que le acarreó innumerables presiones del Gobierno británico, a través de su embajador en España, tal y como informó este lunes Vozpópuli.
El artículo 49.4 del Reglamento del Parlamento de Andalucía recoge que en este caso el nombramiento del citado cargo corresponde a la Comisión Consultiva de Nombramientos, Relación con el Defensor del Pueblo Andaluz y Peticiones del Parlamento, que se ha pronunciado favorablemente, por asentimiento de los representantes de los grupos de la Cámara, sobre su idoneidad como nuevo director de la Oficina contra el Fraude y la Corrupción.
Durante su comparecencia ante los componentes de la Comisión, Puyol ha agradecido al partido liberal haberle propuesto para el cargo de un departamento que “va a poner a Andalucía en la vanguardia de la lucha contra la corrupción, si conseguimos que eche a andar con eficacia”. Los primeros compases, ya por la tarde, no han podido ser más desalentadores para este magistrado. Desde la tribuna de invitados la cara de este juez, de 47 años de edad y natural de Granada, experto en corrupción municipal, con Marbella como laboratorio de pruebas, era un auténtico poema. Los mismos que no habían puesto un pero a su persona por la mañana contribuían, por la tarde, con sus abstenciones, obligarle a someterse de nuevo a votación el 14 de octubre.
