¿Detención o entrega voluntaria? La Policía Federal de Argentina ha resuelto este interrogante al asegurar de forma categórica que el hasta ahora prófugo del ‘caso Malaya’ Carlos Fernández fue detenido a las 3:15 de la madrugada de este viernes en su casa de la localidad de Rivadavia (80.000 habitantes) en la provincia de San Juan, situada a unos 160 kilómetros de la conocida ciudad de Mendoza, famosa por sus vinos, así como a 1.200 kilómetros de Buenos Aires. Así pues la versión hasta ahora propagada por el hermano del exedil del PA de Marbella, Antonio Fernández, sobre que se había entregado se desvanece.
Los periodistas dedicados a la cobertura de sucesos y tribunales de la citada provincia argentina recibían en la mañana de este viernes la nota de prensa vía whats app, lo que se conoce como “parte policial”, así como las fotos de la detención de Fernández. No obstante, en las primeras informaciones facilitadas se eludía dar la identidad del arrestado.
Posteriormente, el Ministerio de Seguridad explicó en un comunicado que el operativo se realizó tras una “exhaustiva investigación criminal” que incluyó seguimientos y tareas de campo. “La cooperación internacional que promovemos en el ámbito de Interpol arroja resultados concretos. Este arresto fue posible gracias al trabajo conjunto entre la Argentina y España”, aseguró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Fernández, de 49 años, sobre quien pesaba una circular roja de Interpol solicitada por la Justicia española por los delitos de cohecho, malversación y prevaricación, se había sometido a varias intervenciones quirúrgicas para cambiar su fisonomía y pasar desapercibido en el país sudamericano, según ha informado Efe.
El ya condenado por otros delitos de corrupción se encuentra en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial para que comience a tramitarse el incidente de extradición, si finalmente es reclamado por las autoridades españolas, en caso de que consideren que hay causas pendientes contra él, y no ha prescrito todo, como mantienen sus abogados defensores.
Periodistas locales con los que ha contactado Marbella Confidencial aseguran que Carlos Fernández residía desde hace varios años con una periodista en un barrio de clase media alta de Rivadavia. A los pocos minutos de su detención, mientras dormía en su domicilio, se personó un abogado para estar presente durante el registro.
Sorprendentemente el expolítico ya condenado en firme por el Tribunal Supremo por otro caso de corrupción municipal, al apropiarse de 80.000 euros de las nóminas de los jugadores de la Unión Deportiva San Pedro, hacía vida social en la ciudad de San Juan, capital de la provincia del mismo nombre, y acudía a eventos junto a su compañera sentimental, redactora del Diario de Cuyo, el más importante en papel a nivel local. De hecho, hay incluso fotos de ellos dos juntos publicadas.