Luis Miguel llegó, cantó y arrasó. El astro mexicano, conocido como ‘El Sol’, tuvo a un público entregado durante casi dos horas y media de concierto en la noche inaugural de Starlite, una velada con casi 3.000 personas que quedará para el recuerdo en Marbella. Todo ello a pesar de que el nombre de la ciudad brilla por su ausencia, desde que uno entra hasta que sale del recinto, dado el desencuentro de los organizadores con el Ayuntamiento, en la etapa del anterior gobierno tripartito, ampliamente glosado ya en multitud de informaciones.
El cantante latino saltó al escenario pasadas las 23:10, con cuarenta estudiados minutos de retraso para caldear el ambiente y que el público, especialmente los ‘caza selfies’, pudieran retratarse con algunos famosos llegados para el acontecimiento: Paula Echevarría y su novio, el futbolista Miguel Torres; Niña Pastori; Enrique Ponce y Paloma Cuevas; Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas; Javier Conde y Estrella Morente, además de la cantante de OT Nuria Fergó; Mariló Montero y Miguel Poveda, entre otros, además del portero de la selección mexicana Memo Ochoa, que causó furor entre los fans del país azteca.
En un momento intimista, cuando había transcurrido casi una hora de concierto, animó al público a hacer “un dueto bonito esta noche”, al tiempo que agradecía “el cariño de esta maravillosa tierra de España”.
Fueron casi dos horas y media de variado repertorio marcado por la impronta del universal compositor santanderino Juan Carlos Calderón (autor del exitoso ‘La incondicional’) que comenzó con ‘Si te vas’, siguió con ‘Sólo tú’, ‘Por debajo de la mesa’, ‘No sé tú’, ‘Cuestión de piel’, y otras más, hasta que llegaron los boleros, como ‘Reloj’, de Lucho Gatica. Era el paso previo al gran plato fuerte de la noche: ‘México por siempre’, una fiesta de quince mariachis que hizo las delicias del público con temas que no podían faltar, como ‘La bikina’, con la bandera del país de adopción de Luis Miguel (nació en Puerto Rico).
Precisamente el último capítulo de la exitosa serie de Netflix sobre su vida trata el episodio en el que su malvado y tirano padre, Luis Rey, filtra a la prensa que su hijo no nació en el país centroamericano, sino en Puerto Rico. Un escollo que ‘Micky’, como es conocido popularmente, salvó con creces, con la verdad por delante, y no como le aconsejaba su entonces manager.
Una vez terminada la actuación de ‘La fiesta del mariachi’, en este apartado estelar del show, Luis Miguel cantó algunos éxitos más, como ‘Suave’ y ‘Beach Balls’, para despedirse con la archiconocida ‘Cuando calienta el sol’, a la vez que repartía rosas blancas a sus fans de la primera fila y jugaba con balones gigantes de playa, que eran golpeados por el público al aire, entre un confeti interminable. El artista no quería irse, estaba muy a gusto entre sus incondicionales.
Han tenido que pasar casi veinte años para volver a ver a Luis Miguel en Marbella, pero ha merecido la pena hacerlo en un recinto natural como el de Starlite, convertido en un coto para carteras abultadas, con precios desorbitados por cualquier consumición, aunque sea un botellín de agua a precio de pabellón de la Expo 92, por comparar el abuso… Lo que no está a la altura del glamour de sus visitantes son los accesos y la infraestructura creada en torno a la cantera natural de Nagüeles. Queda mucho por mejorar.