Salvo sorpresa mayúscula, sólo traducida en un ‘Tamayazo’ al estilo de Madrid, que Ahora Madrid y Podemos pretenden combatir enseñando las papeletas al público antes de votar de forma secreta, el Ayuntamiento de Marbella dejará atrás este sábado 13 de junio la falta de transparencia de Ángeles Muñoz, al frente del gobierno municipal del PP durante los últimos ocho años.
La prestigiosa organización Transparencia Internacional (TI) ha reflejado en sus informes el déficit de transparencia existente en la administración local marbellí, algo que la oposición (PSOE, OSP e IU) han denunciado con creces y la citada ONG ha avalado en dos ocasiones, tanto en 2012 como en 2014, con los peores resultados de la era Muñoz.
Los primeros indicios de lo que ocurriría comenzaron tras la llegada del PP en 2007. Los conservadores, bajo la excusa de que debían proteger la privacidad de los contratistas y adjudicatarios municipales, se ampararon en la Ley de Protección de Datos, para no reflejar los nombres completos de las personas físicas y jurídicas que tienen relaciones mercantiles con la administración local.
Pero la coartada utilizada en Marbella para ofrecer solamente acrónimos con iniciales de los adjudicatarios resultó ser algo excepcional en el entorno de la provincia. De hecho, una rápida comparación con los ayuntamientos más cercanos, gobernados por el Partido Popular, sin tener que acudir a los de otro signo político, sirve para comprobar que sus regidores son mucho más transparentes que sus compañeros de filas marbellíes, porque ofrecen información detallada sobre las empresas y particulares.
El ejemplo opuesto de Fuengirola en 2012 y 2014
Sirva como ejemplo de transparencia, en contraste con Ángeles Muñoz, el que ha desarrollado en los últimos años su compañera de partido y parece que no muy amiga Esperanza Oña.
La exalcaldesa de Fuengirola obtuvo tanto en 2012, como en 2014, una nota de 100 puntos sobre 100 posibles en lo que atañe a transparencia en contrataciones de servicios y adjudicaciones. Frente a tales resultados, el Consistorio marbellí obtuvo una puntuación de 25 sobre 100 puntos, tanto en 2012 como en el último análisis del pasado año.
Marbella se encuentra en la cola del ránking de ayuntamientos analizados por TI en 2014. Ocupa el sonrojante puesto 102 de un total de 110, un dato que habla por sí sólo. Además de suspender con creces en lo que respecta a la transparencia en la adjudicación de contratos y servicios municipales, los ‘populares’ tampoco aprobaron en lo que respecta al urbanismo y las obras públicas, con 46,7 puntos sobre 100.
Suspenso en Urbanismo con Moro imputado al frente
El suspenso en materia urbanística cosechado por Muñoz llegó en el peor momento para ella, cuando su concejal delegado de Urbanismo, Pablo Moro, figuraba como imputado por varios delitos en el llamado ‘caso Funky Buddha Beach’, actualmente pendiente de juicio oral por prevaricación por omisión, al no paralizar obras irregulares e imponer las correspondientes multas coercitivas.
En 2009 Marbella ocupó el puesto 58 en el ránking de ayuntamientos analizado, con una nota global de 63,8 sobre 100 puntos. En 2010 descendió al puesto 82, con 55,5 puntos sobre 100. Ya en 2012 volvió a escalar puestos al situarse en el número 69, con una puntuación de 65,0.
Pero en el último informe de 2014 se produjo un desplome total para la imagen de Marbella, en cuanto a transparencia, al descender hasta el mencionado puesto 102 de 110, con un 58,8 de puntuación global.
La transparencia ocupó los ejes de los dos pactos posibles
Estos malos resultados han sido, obviamente, utilizados por la oposición como punta de lanza para sus denuncias ante los medios de comunicación sobre opacidad. No es de extrañar que la palabra “transparencia” haya copado los ejes programáticos de los dos bloques que optaban a gobernar el Ayuntamiento. Por un lado el cuatripartito de PSOE, OSP, IU y Costa del Sol Sí Puede (Podemos) y por otro el bipartito frustrado entre PP y OSP.
Conocer quién es el adjudicatario de un servicio, o de una obra, no debería ser ningún obstáculo para un ciudadano de Marbella, pero lo es. Saber quién es, a día de hoy, el mayor adjudicatario de obra pública del municipio se convirtió para este medio de comunicación en una labor de investigación periodística.
El caso del mayor adjudicatario de obra pública
Ni Ángeles Muñoz, ni tampoco su fiel concejal delegado de Obras, Javier García, quisieron nunca confirmar oficialmente que Construcciones Bonifacio Solís ocupaba el primer puesto en adjudicaciones, antes de que, por medio de una UTE, resultase adjudicatario de la obra del Bulevar de San Pedro, que consolidó su liderazgo aún más como líder en adjudicación pública local.
Otro ejemplo de ausencia de información evidente ha sido el hecho de no poder conocer cuántos contratos y por qué cuantía ha obtenido el arquitecto Nicolás Aguado desde 2007. Sin duda uno de los mayores beneficiados por el equipo de gobierno municipal. De sobra es conocido que Aguado ha trabajado para las empresas del marido de la todavía alcaldesa, promotor inmobiliario.
Hay bastantes más ejemplos de la opacidad demostrada por una alcaldesa amparada en el rodillo, que le otorgaron sus dos mayorías absolutas (2007 y 2011) y que vivió de espaldas a la calle, envuelta en un círculo de fieles colaboradores que siempre le regalaron el oído, aislando a Ángeles Muñoz de la realidad.
Falta de transparencia también con su patrimonio privado
La regidora ahora en funciones no sólo ha sido poco transparente con los contratos municipales en los últimos años, porque esta faceta de opacidad también la ha trasladado a lo que es su patrimonio personal declarado ante el Ayuntamiento de Marbella.
Como ya es sabido, tras publicarlo eldiario.es en marzo de 2014, Muñoz sólo reflejó ante el secretario municipal las participaciones de sus dos sociedades patrimoniales y el valor de las mismas. Lo que no aportó la alcaldesa en su declaración de bienes y actividades ante el fedatario público fue cuántos inmuebles poseen esas dos mercantiles que comparte con su marido al 50%: Crasel Panorámica S.L., propietaria de su ostentosa mansión de Benahavís y Hacienda Property, a su vez poseedora de varios inmuebles, entre ellos solares, un atraque en Puerto Banús y una nave industrial.
A pesar de las numerosas peticiones lanzadas desde la oposición, especialmente en boca del socialista José Bernal, que retó a Muñoz a que hiciera pública su declaración de renta y patrimonio, pero ella nunca lo ha hecho. Hubiera despejado muchas dudas.
La inversión de 3 millones de euros en Luxemburgo
A todo lo anterior se sumó el hecho de que la regidora nunca reflejara, ni ante el Parlamento Andaluz, cuando era diputada –ni ante el Ayuntamiento de Marbella en 2011 al revalidar la mayoría absoluta– la inversión de 3 millones de euros que su sociedad Crasel Panorámica S.L. llevó a cabo en 2010 en el banco Nordea Bak S.A de Luxemburgo.
Muñoz eludió en marzo de 2014, tras las revelaciones de este periodista, comparecer ante los medios de comunicación para dar explicaciones públicas, y la oposición tuvo que forzar un pleno extraordinario meses después, tras muchas trabas, para que fueran sus concejales y no la alcaldesa los que defendieran la inversión en Luxemburgo. Se trata, por tanto, de una gobernante municipal que no ha sido transparente ni con lo público, ni con su propio patrimonio privado.
Hala, para casita. Eso le pasa por chula y déspota.
Felicitaciones por el artículo. Nunca es tarde para empezar a ejercer la transparencia y la verdad, la cual no llega porque se le oculta a la gran mayoría de los ciudadanos.
Magnífico artículo. Es un resumen perfecto de los ocho años de “transparencia” de una alcaldesa que tenía que haber hecho olvidar el gilismo. No me extraña que Esperanza Oña no sea muy amiga suya. Hay una enorme distancia intelectual y, sobre todo, moral entre ambas.