Del todo a la nada, del enorme poder que atesoró a la sombra del exalcalde de Marbella Pepe Bernal al ostracismo en el PSOE. Así ha terminado la dilatada trayectoria política del abogado Jaime Olcina en la agrupación socialista local, tras desvelar El País que había ocultado 1,5 millones de euros en una cuenta opaca del polémico banco BPA (Banca Privada de Andorra) denunciado por el FBI por blanqueo de capitales procedentes de numerosas actividades delictivas, e intervenido por el Principado.
La primera reacción del que fuera secretario de Política Municipal del PSOE local, ante la publicación de la información firmada por el reputado periodista de investigación José María Irujo, junto a Joaquín Gil, fue optar por el victimismo. En un mensaje de Whats App dirigido a periodistas locales, pero no a El País, Olcina daba a entender que todo obedecía a una especie de venganza orquestada desde el PP, por haber sido él el autor de las denuncias contra la alcaldesa Ángeles Muñoz. Pronto la línea de defensa de Olcina se desmoronó como un castillo de naipes. El País llevaba año y medio sacando a la luz la opacidad del BPA y el letrado socialista era un cliente más.
Ni un sólo reproche hacia Olcina, desde su partido, en los días posteriores al escándalo, a pesar de la contundencia de las pruebas y los documentos publicados por el rotativo del Grupo Prisa.
Bernal habló casi una semana después, a preguntas de los periodistas
Tuvieron que pasar casi siete días para que el exalcalde Bernal, el mismo que depositó toda su confianza en Olcina, tanto en el partido como en el Ayuntamiento, al contratarle como asesor jurídico externo, contestara a las preguntas de los periodistas, visiblemente incómodo y molesto. Su argumentario era de manual, porque sólo le faltó decir aquello de “ese señor ya no es militante de este partido”, como hace el PP.
La novedad más relevante que deparó la comparecencia de quien un día dijo “Jaime Olcina es mi amigo y me asesora” –cuando el PP y Podemos comenzaron a preguntar por su contrato municipal– fue conocer que el propio Bernal, aunque habló en plural, le había pedido a Olcina que renunciara también a representar al PSOE en los tribunales, al margen de darse de baja. Era una situación insostenible, porque para acusar a la alcaldesa de graves delitos, como hace Olcina, primero hay que estar libre de toda sospecha y él se ha convertido en el cazador cazado por unos periodistas que no le buscaban. Seguir como letrado hubiera hecho un daño gratuito a los socialistas marbellíes.
“Él lo niega y dice que todo es mentira”, expuso Bernal sobre su hasta ahora asesor jurídico. Cabría preguntarle al exalcalde lo siguiente: ¿Quién le merece más credibilidad, José María Irujo, periodista que destapó el patrimonio del corrupto exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, o Jaime Olcina?
Se da la circunstancia de que, tal y como aseguró Irujo en una entrevista con Marbella Confidencial (nueve minutos de periodismo en estado puro que recomiendo ver), nadie de los aludidos por tener cuentas ocultas en el BPA se ha dirigido a El País en el año y medio que llevan publicando noticias sobre estas operaciones financieras. Olcina no es la excepción.
Mal haría el PSOE si no llegara al fondo del asunto sobre por qué Olcina, siendo secretario de Política Municipal del PSOE en 2012, transportó 1,5 millones de euros en metálico a un banco andorrano y, por si fuera poco, pretendía depositar hasta 5 millones. En el BPA saltaron las alarmas, ante una operación sospechosa e inusual. Cuando a su hermano, residente en Panamá, y a él se les requirió más documentación ambos se esfumaron.
Estamos hablando de una persona que ocupó un papel de lo más relevante bajo el mandato de Bernal (2015-2017), porque no son pocos los empresarios y profesionales que aseguran que Jaime Olcina despachaba con ellos en la delegación de Urbanismo. Todo ello a pesar de que oficialmente era un letrado externo, pero partía el bacalao como si fuera interno y a qué nivel…
En julio de 2015, cuando arreciaban las primeras peticiones de explicaciones sobre el papel de Olcina en el Consistorio, Bernal llegó a decir que era “un bulo” vincularle con Urbanismo. ¿Diría lo mismo ahora?
Otro que no ha dado ninguna explicación, sencillamente porque ni está ni se le espera, es el secretario de Organización del PSOE marbellí (número 2 de facto) Javier Porcuna, exteniente de alcalde y brazo derecho de Bernal.
Porcuna tuvo bajo su mando, en la delegación de Proyectos Estratégicos, al compañero Jaime Olcina, pero parece que éste pasaba más tiempo en Urbanismo.
Susana Díaz llegó a decir que de haber estado Olcina involucrado en el caso de los papeles de Panamá “a mí no me duraba ni cinco minutos”.
Estos escándalos no se pueden despachar con lo de “ya no milita en el PSOE”. Es el propio partido el que debería llegar al fondo del asunto, pero no lo hará, como tampoco lo hace el PP con los suyos.
Veremos en qué queda lo del BPA de Andorra para Olcina, porque fuentes judiciales y tributarias consultadas por Marbella Confidencial aseguran que tendría que haber declarado en 2013 el dinero ocultado en Andorra durante 2012.
El ex ‘número 3’ del PSOE marbellí podría, incluso, enfrentarse a una denuncia de la ONIF (Oficina Nacional de Investigación del Fraude), indican las fuentes citadas, porque los posibles delitos cometidos (blanqueo y contra la hacienda pública) no habrían prescrito. El ‘caso Olcina’ no ha hecho más que empezar.