El que fuera concejal delegado de Hacienda y Patrimonio en el equipo de gobierno de Ángeles Muñoz entre los años 2017 y 2019, Manuel Osorio, de Opción Sampedreña, critica ahora los contratos de alta dirección a cargos de confianza del PP que investiga un juez de Marbella y que la Fiscalía pretende trasladar al Tribunal Supremo para que se impute a Muñoz (aforada por ser senadora), por los presuntos delitos de prevaricación, fraude en la contratación y malversación de caudales públicos.
En declaraciones a Marbella Digital TV el ahora concejal opositor sostiene que “en este caso había que sacar esas plazas bajo un reglamento y lo que se hizo previamente fue sacar el reglamento; cuando se pudo sacar el reglamento se ordenó, se formalizó y esa es la forma que se hizo legal”.
Osorio se pregunta y responde en voz alta lo siguiente: “Qué hizo Angeles Muñoz, pues ocupar esos puestos con gente que no los debería haber ocupado”. No obstante, matiza que “si se hicieron de forma legal, o ilegal, eso se lo dirá un juez, si es que el Supremo llega a aceptarlo”, señala ante la posibilidad de que la Sala de lo Penal admita finalmente esta causa penal, en el supuesto de que que el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Marbella, Gonzalo Dívar, se inhiba, como le reclaman la Fiscalía y el PSOE, personado como acusación.
Son las primeras críticas del presidente y edil de OSP sobre este polémico asunto, después de que nunca haya levantado la voz al respecto. Lo cierto es que, tal y como recordó días atrás el exalcalde socialista Pepe Bernal la decisión de acudir a los tribunales en 2016, para denunciar estos contratos, “fue de la junta de gobierno local”, de la que formaban parte PSOE, OSP e IU. No obstante, ni Osorio ni Piña han reivindicado nunca esta actuación como socios de aquel tripartito.
En otro pasaje de la entrevista al citado medio televisivo llama la atención que Osorio vuelva a abogar por la necesidad de “un gobierno de concentración en la ciudad”, en el que estén representados “todos los partidos”. El mismo mensaje utópico e irrealizable que pregonaba junto a su compañero de partido y edil, Rafael Piña, cuando en 2015 el PP perdió la mayoría absoluta y todavía no se había conformado el pacto tripartito con el apoyo externo de Podemos.