Opción Sampedreña (OSP) el partido que cuenta con dos concejales en el equipo de gobierno tripartito que preside José Bernal, se ha quedado solo este viernes al ser la única formación política que se ha descolgado de la moción de Podemos para soterrar cables de alta tensión de dos centros educativos, Xarblanca y Al Andalus, precisamente situados en San Pedro Alcántara, cuya Tenencia de Alcaldía rige Rafael Piña.
Habían sido los dos ediles de la marca municipal del partido de Pablo Iglesias, Costa del Sol Sí Puede (CSSP) quienes habían presentado esta propuesta, reivindicada por las AMPAS, que se ha ampliado, a propuesta del PP al colegio Al-Andalus. La soledad de Piña y Manuel Osorio ha llamado poderosamente la atención de los presentes y no ha pasado desapercibida para la sociedad sampedreña, si se tiene en cuenta que sus socios de gobierno, PSOE e IU, han votado a favor de la idea de Podemos, así como los 12 ediles ‘populares’.
El teniente alcalde de San Pedro y concejal de Opción Sampedreña, Rafael Piña, ha advertido en el Pleno de enero, de que la Corporación ha celebrado este viernes, de las consecuencias de soterrar las líneas de alta tensión en los núcleos urbanos. Piña ha asegurado que enterrar los cables juntos en zanjas de dos metros de profundidad, las más habituales, incrementa los efectos radioeléctricos. “Es perjudicial para la salud”, ha señalado.
Piña ha asegurado que ha consultado diversos estudios sobre la materia, entre los que ha destacado una publicación elaborada por la Universidad de Alcalá de Henares cuyos catedráticos, según ha señalado, sostienen que los cables soterrados son más perjudiciales que los aéreos. “Las líneas áreas tienen una separación de uno cinco metros entre una red y otra. Pueden ir hasta cuatro redes. Pero cuando las soterras están juntas en la misma canalización y la radiación aumenta”, ha indicado.
La soledad de OSP en este punto se ha evidenciado aún más, al intervenir una representante de la AMPA de Xarblanca para reivindicar tal medida.
Piña ha añadido que existen componentes que reducen las radiaciones de los campos electromágnéticos, pero ninguno las elimina.
El concejal de Educación y Cultura ha apostado por sacar las líneas de alta tensión de los núcleos urbanos y trasladarlas a zonas menos concurridas o de tránsito, como las carreteras, en las que la exposición a la radioelectricidad es menor.
En el caso de soterrarlas, Piña ha indicado que lo recomendable es separar las líneas de alta tensión, como mínimo, dos metros, lo que, sin embargo, conllevaría incrementar el coste de la electricidad. “Lo que pagamos de luz es horroroso. Si encima le dices a la suministradora que tiene que sacar todas las líneas que pasan por los cascos urbanos, imagina el coste que supondría”, ha indicado.