Soraya Sáenz de Santamaría ha reivindicado su gestión como vicepresidenta del Gobierno, a modo de antídoto frente a quienes la han visto siempre alejada de la vida interna del Partido Popular. Es su aval a la hora de plantar cara a Pablo Casado, a quien ha reprochado no haberse integrado en su lista ganadora de las primarias ante los electores, a falta de lo que decidan este sábado los más de 3.000 compromisarios en este 19 Congreso de la formación conservadora.
“Yo no estaría en esta tribuna si no fuera la más votada. Estaría en tu lista, Pablo”. Este ha sido el dardo principal que ha lanzado a su adversario la que muchos consideran heredera de Mariano Rajoy, el continuismo, frente a la “renovación” que pregonan los partidarios de Casado.
Con una puesta en escena nada espontánea, muy estudiada, y quizás con algún asesoramiento de quien acuñó lo de ‘La niña de Rajoy’, cuando el expresidente del Gobierno aseguró dirigirse a una niña en sentido figurado, Santamaría ha extendido un abanico con la bandera de España: “nuestros principios y valores están en cada una de las varillas del abanico, que siguen siendo firmes”.
Tal y como ha hecho durante toda su campaña, al repetirlo de forma machacona, la aspirante al despacho de la planta séptima de Génova 13 ha presumido de su actuación en la crisis de Cataluña, frente a quienes se han mostrado muy críticos con ella por la llamada ‘Operación diálogo’, incluido Casado.
“Yo puedo decir que estoy querellada por defender España”, ha reiterado de nuevo, en alusión a la acción penal que interpuso contra ella el presidente catalán Quim Torra.
Referencias a la corrupción, a diferencia de Rajoy
A diferencia de Rajoy, Santamaría ha dedicado una parte de su discurso a la corrupción, al prometer “tolerancia cero” frente a ella, “pero inquisición ninguna”
Asimismo, en lo que podría interpretarse como un guiño a los compromisarios y votantes más conservadores, que atrae para sí Casado, la ex ‘número 2 del Ejecutivo de Rajoy ha variado en cierto modo su discurso de campaña, considerado “centrista”, hacia postulados más a la derecha. En este punto ha enfatizado postulados como la prisión permanente revisable, “defender la vida”, en clara alusión al aborto, pero sin llegar a los extremos de su rival (Casado pretender volver a la ley de Felipe González de 1985), además de las apelaciones a la “bandera de España” y demás símbolos patrios que han protagonizado la campaña del diputado por Ávila.
No han faltado las críticas a Ciudadnos, el gran rival actual del PP en el espectro del centro derecha, pero sin citar su nombre, así como al PSOE y su asimetría en cada comunidad autónoma: “Compartimos una misma visión de España. No somos ni seremos nunca un partido de oportunistas, que dicen lo que cae bien en cada lugar”.
Frente a quienes la acusan de no tener ideología, Santamaría ha dicho ser “Soraya, la del PP, una más”. Dice no pretender que su partido “se parezca a otra cosa” y señala entre sus principales adversarios a los “independentistas” catalanes.