Fue la última de los candidatos en comparecer ante los medios de comunicación. Susana Díaz, paso firme, muy rápido, como si quisiera que la pesadilla acabara cuanto antes, hizo un llamamiento a “todos los partidos constitucionalistas” para que el gobierno de Andalucía “no quede en manos de la extrema derecha”. Había caras muy largas en el hotel Meliá Sevilla, cuartel general del PSOE este domingo.
Su propuesta puede calificarse como brindis al sol o pregón en el desierto, pero era su peculiar forma de echar el telón a lo que se ha llamado “régimen andaluz”, algo que se traduce en 36 años de gobiernos socialistas de forma ininterrumpida.
Díaz llama a todos los partidos a parar a la “extrema derecha” en Andalucía
Salía Díaz de su reclusión pasadas las 23:00 horas. Lo hacía rodeada por su círculo de confianza más estrecho: Máximo Díaz Cano, secretario general de la Presidencia; el todavía vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios; Juan Espadas, alcalde de Sevilla; y el dirigente regional del PSOE-A Francisco Conejo, que se ha quedado sin escaño por Málaga (el PSOE empata a 4 con el PP y Cs).
En una comparecencia dramática, de apenas siete minutos de duración, con militantes y simpatizantes incrédulos y algunos al borde del llanto, Susana Díaz emprendió una especie de huida hacia adelante tras perder el último tren de su carrera política, una vez malogrado el asalto a Ferraz en unas primarias de infausto recuerdo para ella.
Perplejidad incluso entre los susanistas
Su anuncio de liderar una ronda de contactos a partir de este lunes con todos los partidos menos Vox ha causado perplejidad incluso entre los más fieles susanistas. “Es una noche triste, a pesar de ser el partido más votado y ganar por 7 puntos al segundo y 10 al tercero”, se reivindicaba. Su relato de la derrota continuó con otro lamento: “Hemos perdido 13 puntos entre las dos fuerzas de izquierdas”, en un reproche para quienes podían ser sus socios, al menos de investidura.
El objetivo que se marca a corto plazo la secretaria general del PSOE andaluz es entablar diálogo con PP, Cs y Adelante Andalucía. Y ahí pidió que los naranjas y los populares “se retraten” en este novedoso escenario y demuestren “si prefieren sumar sus votos con la extrema derecha”.
La presidenta en funciones comprobó este domingo cómo el PSOE, pese a volver a ser la primera fuerza, ha dejado de ser la máquina de ganar elecciones en Andalucía. Sólo perdió frente a Javier Arenas en 2012, pero el PP no pudo gobernar. Ella está hoy en esa situación.
Díaz lamenta ahora la llegada de “la extrema derecha”, la misma que ella se encargó de avivar en la última semana de campaña tras arrancarla en plan zen. “Hemos ganado en una noche triste en la que muchos ciudadanos se han quedado en su casa”, insistió. Se refería a la alta abstención registrada en feudos habituales socialistas donde el temor se palpaba ya antes de que se cerraran los colegios electorales dada la baja participación. Pero de nada sirve lamentarse. Hay un ciclo agotado que toca a su fin.