“Nadie durante mi consejo de gobierno tuvo tarjetas, ni yo misma tuve tarjeta. No es necesario, no lo he compartido en la administración autonómica, ni un alcalde debe tenerlas”. La expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ha expresado así durante su comparecencia ante la comisión de investigación de la Fundación para el Empleo y la Formación (FAFFE). Se trata de la entidad que durante el mandato del expresidente José Antonio Griñán gastó fondos públicos con tarjetas ‘black’ en clubes de alterne. En esta entidad, creada bajo uno de los gobiernos de Manuel Chaves, hubo 150 millones en subvenciones sin justificar, a su cierre en 2011, entre otras muchas irregularidades contables, además de ‘enchufismo’. Todo ello sujeto también a un procedimiento penal en curso. A día de hoy quedan 30 millones en subvenciones aún por aclarar.
Se da la circunstancia de que la Guardia Civil pudo acreditar, en el marco de sus investigaciones sobre la FAFFE, que allí fueron colocados de forma irregular cerca de 200 trabajadores vinculados al PSOE andaluz, así como al llamado ‘sindicato hermano’ de la UGT, y en menor medida Comisiones Obreras.
Díaz, que ante la mayoría de las preguntas formuladas ha respondido recalcando sus argumentos, al insistir en que la citada fundación “se extinguió en 2011” y ella llegó al Ejecutivo de Griñán, como consejera de Presidencia en 2012. Ya en 2013, tras la dimisión del sucesor de Manuel Chaves, ella asumió la presidencia. Por tanto, ha argumentado, “no ostenté cargo ni responsabilidad alguna en la Junta” en relación con unas actuaciones que “se enmarcan entre 2003 y 2011”, ha enfatizado.