Fue un aviso, una serie advertencia, traducida en un ajuste de cuentas con disparos a las piernas de un hombre que ingresó grave en el Hospital Costa del Sol. Sucedió el pasado 25 de mayo en Marbella y ahora la Policía Nacional ha esclarecido el caso, tras detener a tres presuntos autores, ingresados en prisión y vinculados a una organización dedicada al tráfico de drogas, a la que también pertenecía la víctima, de nacionalidad británica, la misma que tienen dos de los arrestados, además de un tercero irlandés.
Esta investigación policial ha permitido determinar que uno de los detenidos fingió haberse encontrado al herido en la calle, e incluso le acompañó al hospital, con el objetivo de desviar la atención de los agentes sobre los verdaderos responsables de los hechos, según el comunicado oficial.
Todo lo acontecido en torno a este suceso y el modus operandi empleado “evidenció que se trataba de un serio aviso que advertía de las consecuencias de actuar en contra de lo que ordenaba la organización”, explican desde la Comisaría Provincial.
Las pesquisas se iniciaron nada más informar el Hospital Costa del Sol de Marbella acerca del ingreso de un joven británico, de 27 años de edad con heridas de bala en ambas piernas. De esta forma, los agentes comenzaron las primeras gestiones policiales, tras analizar la versión de los hechos ofrecida tanto por la víctima, como por la persona que supuestamente le auxilió en un primer momento.
Los investigadores detectaron numerosas inexactitudes e incongruencias que ponían de manifiesto un posible ajuste de cuentas, relacionado con el tráfico de drogas. El cúmulo de datos falsos, aportados por la víctima y el principal testigo, que aseguraba haber encontrado al herido en la vía pública, dificultaron sobremanera las pesquisas, pero los agentes enseguida descubrieron dónde se habían producido los hechos.
El lugar del suceso se encontraba a más de seis kilómetros del sitio indicado por la víctima y el supuesto amigo que le trasladó al hospital, que en realidad era uno de los agresores.
También se han localizado los vehículos robados utilizados por los sicarios. Dos de los arrestados eran británicos, de 23 y 24 años; mientras que el tercero, de origen irlandés y 29 años, fue el encargado de fingir que colaboraba con los investigadores con el único fin de desviar la atención sobre los auténticos responsables de los hechos, incluido él mismo.
Uno de los detenidos de esta banda llegó a fingir que ayudaba a los agentes en la búsqueda de restos de sangre, a sabiendas de que nunca los encontrarían allí.
Ocultaron el arma en casa del falso testigo
Los autores de este ajuste de cuentas, previendo que la persona que acompañó a su víctima al hospital no despertaría sospechas de la Policía , acordaron ocultar el arma en su casa. Sin embargo, la pistola semiautomática fue encontrada en uno de los registros practicados.
De hecho, la pistola se encontraba en disposición de ser utilizada, ya que contaba con bala en la recámara y el cargador repleto de munición. Además, hallaron un silenciador y 140 cartuchos, así como la sudadera utilizada por la persona que efectuó los disparos, que contenía restos de sangre de la víctima.