El tripartito ha sacado adelante este viernes en el Pleno de abril el texto refundido del PGOU de 1986 y la adaptación del propio Plan a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), de rango autonómico, con el apoyo de Podemos y la abstención del PP. Ambos documentos han sido calificados por parte de los agentes relacionados con el sector como la “hoja de ruta” para dotar, provisionalmente, de estabilidad al urbanismo del municipio hasta que el Ayuntamiento cuente con otro PGOU que reemplace al de 2010, declarado nulo por el Tribunal Supremo (TS) a finales de 2015.
La concejal de Urbanismo, Isabel Pérez, ha confiado en que la aprobación de ambos documentos doten al sector de una mayor seguridad jurídica. “Apoyarlos es estar a favor de la mejora del urbanismo de Marbella; no apoyarlos, desautoriza cualquier intento de crítica a la Delegación de Urbanismo. No se puede criticar al urbanismo y no aprobar los pasos que se dan para mejorar su funcionamiento”, ha indicado.
Ante la abstención del grupo popular, el tripartito ha tenido que aceptar una moción de Podemos para contar con el apoyo de la formación morada y garantizarse la mayoría absoluta que requería la aprobación del texto refundido del PGOU de 1986, el planeamiento al que tuvo que recurrir el tripartito tras la sentencia del TS. Se trata de la misma propuesta que la edil de Urbanismo tuvo que retirar del Pleno de febrero al no lograr el acuerdo de la oposición.
“El texto refundido dará mayor seguridad a la informaciones, tanto dentro de la Delegación como fuera. No se aprueba nada nuevo, sino que se trabaja con un documento para que la adaptación del PGOU de 1986 sea más ágil”, ha indicado.
El concejal del PP Cristóbal Garre ha asegurado que, con la aprobación de la hoja de ruta del urbanismo, el tripartito “vuelve a la Marbella de la década de los ochenta y renuncia a una ciudad de futuro”. “Han optado por rehabilitar un Plan de hace más de 30 años sin iniciar ni el primer paso para la licitación de un nuevo PGOU, que es lo más fiable para mirar hacia delante”, ha señalado el edil.
Garre ha puesto en entredicho que el texto refundido genere confianza entre los inversores ya que, ha señalado, no contiene todos los documentos necesarios. “¿Dónde están en el texto las sentencias de los tribunales que son el motivo de la anulación del PGOU de 2010? ¿Y los 15 expedientes nuevos incluidos respecto al texto refundido que presentaron en febrero? Van incluyendo expedientes conforme los van localizando”, ha apuntado. El edil ha asegurado que su formación se ha abstenido por “responsabilidad”, pero ha lamentado que el tripartito haya marginado a algunos colectivos empresariales del municipio en la elaboración del texto refundido.
La edil de Podemos, Victoria Mendiola, ha asegurado que el texto no refunde todos los documentos relacionados con el PGOU de 1986 y contiene información que, sin ser nueva, apenas es conocida. “Precisamente por eso se le debe dar al texto una exposición pública”, ha indicado la edil de la formación morada, cuya enmienda estaba orientada en ese sentido.
Adaptación a la norma autonómica
El tripartito y Podemos han vuelto a aliarse en la aprobación del inicio de la tramitación para acomodar el PGOU de 1986 a la LOUA, ante lo que el PP se ha abstenido. El objetivo de la iniciativa es adaptar el PGOU a la norma urbanística de la Junta, aprobada posteriormente, para poder introducir modificaciones que, de otra forma, no se podrían incluir.
La delegada de Urbanismo ha asegurado que la adaptación a la LOUA es “simplemente seguir en el camino de la legalidad”. “La adaptación del PGOU de 1986 a la LOUA y unir todo lo aprobado en un texto refundido era la solución a corto plazo más adecuada ante la actual situación del urbanismo. Además, de forma paralela, se están realizando los trabajos previos para una revisión del PGOU”, ha agregado.
El concejal ‘popular’ Félix Romero ha señalado que, a pesar de la aprobación de ambos documentos, “es ya un clamor que el urbanismo en Marbella es un auténtico caos”. “El tripartito aporta mucha inseguridad jurídica y poca confianza porque no es serio que un documento como este no incluya las sentencias judiciales firmes ni dé respuesta a las 16.000 viviendas irregulares que están fuera de ordenación del PGOU de 1986. Este documento tampoco solucionará los retrasos de más de un año en la concesión de licencias urbanísticas”, ha señalado.
PSOE y PP han vuelto a cruzarse reproches respecto a la responsabilidad que desempeñaron Ayuntamiento y Junta de Andalucía en la elaboración PGOU de 2010. Durante el proceso de elaboración del Plan anulado por el TS a finales de 2015, el PP regía en el Ayuntamiento y el PSOE, en Sevilla.
La edil de Podemos, Victoria Mendiola, ha indicado que el apoyo de la formación morada al encaje del Plan dependerá de que, antes del periodo de exposición pública, el tripartito corrija las lindes de Marbella que no concuerden con los límites oficiales del término municipal en alusión a la zona del Cerro del Colorado.
En cierto modo, al no oponerse, el PP cede así a la presión que sobre ellos han ejercido en los últimos días empresarios locales y del resto de Andalucía y los promotores y constructores de la provincia, que habían apelado a la unidad política de los grupos municipales para sacar adelante ambos documentos. Lo cierto es que por culpa de la formación conservadora no ha habido a la postre la unidad demandada por la patronal.