Fue un acto sencillo y austero, como la Marbella que Mario Vargas Llosa quiso reivindicar al ser nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad, este viernes festivo del 15 de agosto en el Teatro que lleva el nombre del municipio. Un “paraíso secreto en la Costa del Sol” al que acude desde hace 27 años, “sin haber fallado todos los veranos”, para someterse a una espartana dieta de ayuno, sello de identidad de la clínica Buchinger.
Acompañado de su esposa, Patricia Llosa, el escritor hispano-peruano se mostró emocionado y agradecido por esta distinción a Marbella y a los marbellíes , que “siempre me han demostrado su cariño y su amistad”. De hecho, anunció que de ahora en adelante, con más motivo, seguirá promoviendo la ciudad como destino allá donde vaya.
Durante su discurso, ante un auditorio lleno por completo, el premio Nobel quiso alejarse de la Marbella de los tópicos: “La mundana y nocturna, la de la jet set y los siete pecados capitales”, para reivindicar una ciudad “sosegada y austera”, donde encuentra tranquilidad cada verano para descansar.
En un encuentro previo al acto con periodistas el escritor reconoció que viene a la ciudad a hacer “sólo las cosas que me gustan y eso es muy raro”, además de ser para él “un privilegio extraordinario que sólo Marbella me ha dado en el mundo”. Ello no le impide encontrar también la inspiración para sus obras: “He trabajado siempre muy bien aquí. He terminado novelas, he escrito artículos y ensayos”. Por todo ello, considera que la localidad malagueña le ha sido “enormemente estimulante”.
El paseo marítimo, “uno de los paisajes más hermosos del mundo”
Poco antes de recibir el galardón, en el marco de su emotivo discurso, el que fuera candidato a la presidencia del Perú tuvo tiempo para recrearse en lugares que son para él parte de su vida cotidiana cuando recala en Marbella, como es el paseo marítimo que llega hasta Puerto Banús desde el centro de la ciudad. Es para él “uno de los paisajes más hermosos del mundo, que cambia a lo largo del día y se vuelve muchos, sin dejar de ser el mismo”.
“Es la primera vez que me hacen un reconocimiento de este tipo y para mí es muy conmovedor que sea en una ciudad donde yo paso probablemente las tres mejores semanas del año. Lego muy cansado por años de mucha agitación y viajes. Este periodo es como un intervalo en el que descanso, leo y trabajo en lo mío”.