Maite Zaldívar, la que fuera exmujer del exalcalde de Marbella Julián Muñoz, ha salido en la tarde de este viernes de la cárcel la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torre, tras obtener el tercer grado penitenciario.
Así, sobre las 17.45 horas, Zaldívar, que ha abandonado la prisión malagueña acompañada, entre otros, de su abogado, Francisco Miranda, ha dicho, tras ser preguntada, que “se encuentra muy bien” y que ahora “voy a irme con mis hijas, nietos, con mis amigos, a ver la playa, a que me dé el aire… a todo”, además ha agregado que la prisión no le ha cambiado “en nada” pero sí en “apreciar muchas cosas”.
Su abogado Francisco Miranda ha informado a las puertas de la cárcel que Zaldívar volverá al centro penitenciario el próximo martes y “el miércoles volvería a salir con el permiso que tiene pendiente de disfrutar”.
Ha explicado, además, que Zaldívar se encuentra “muy contenta”, la situación “ha cambiado” y “lo que tiene que hacer es pensar en el futuro y mirar hacia adelante”.
Maite Zaldívar ingresó en la cárcel en 27 de octubre de 2014 para cumplir la pena de dos años y medio de prisión que le fue impuesta por una delito de blanqueo de capitales.
El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Andalucía, con sede en Málaga, acordó conceder a María Teresa Zaldívar García el tercer grado penitenciario lo que le posibilita el cumplimiento del resto de su condena en régimen de semilibertad.
El acuerdo se ha adoptado con el informe favorable del ministerio fiscal, del psicólogo del Centro Penitenciario y porque la reclusa ha cumplido ya más de la mitad de la condena impuesta por los tribunales de justicia.
El Juzgado de Vigilancia de Málaga decidió a finales del pasado mes de junio denegar el tercer grado a Maite Zaldívar dados los informes negativos del fiscal y de la Junta de Tratamiento Penitenciario, que consideraron que la interna mostraba un comportamiento de “desinterés” y no mantenía “una adecuada actitud ante el delito”.
No obstante, en un nuevo informe dictado meses después, la Junta de Tratamiento no incluye aquella actitud negativa ante el delito, mientras que el psicólogo del centro va más allá al constatar “el buen comportamiento y la colaboración de la interna con la institución a través de la participación en actividades”, “la ayuda realizada a los profesores en la alfabetización de las compañeras y contribuyendo, con la escucha activa, en la creación de un clima social positivo”, “la demostración de que puede vivir en libertad sin necesidad de cometer actos delictivos” y “el tiempo de condena ya cumplido”.
Atendiendo a estos argumentos y a la propia actitud positiva y favorable a la concesión del tercer grado del ministerio fiscal, el juez de Vigilancia Penitenciaria considera “prudencial en estos momentos estimar el recurso y conceder la progresión en grado a la misma en la forma que se dirá pues debe considerarse que está capacitada para llevar a cabo un régimen de vida en semilibertad”.
Una vez que la resolución judicial sea firme, será la Junta de Tratamiento Penitenciario la que determine el centro y el régimen que deberá cumplir la interna.