Los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga (UMA), organizados por su Fundación General, han celebrado este jueves su tercera jornada en Marbella y el periodista Antón Losada ha reflexionado sobre el fenómeno del populismo, su resurgimiento actual en Europa y las claves del éxito en las diversas convocatorias electorales que se han sucedido en los últimos meses, como en los recientes comicios para la conformación del nuevo parlamento europeo, ha precisado, en los que han alcanzado unas cuotas de representación históricas.
Losada, que ha participado en el seminario titulado ‘Los riesgos de una sociedad radicalizada’, que dirige la catedrática Esther Giménez Salinas, ha explicado a los asistentes que más que una ideología, el populismo es una estrategia, una manera de hacer política, y que un factor determinante para que triunfen las campañas populistas es su capacidad de conectar con amplios sectores de la sociedad.
En este sentido, ha revelado que son sectores que se sienten muy perjudicados por la crisis económica y por las políticas que se aplicaron para afrontarla, pero también con su habilidad de transmitir mensajes muy sencillos de manera muy potente que dan respuestas fácilmente comprensibles a problemas bastantes complejos.
“Uno de los errores de competir con las estrategias populistas es creer que esto es una batalla de ideas y no, es una batalla de propaganda”, ha sentenciado.
En cuanto al auge actual de esta tendencia en el plano político, Losada ha matizado que hoy día no hay una irrupción repentina del populismo, sino que nunca ha desaparecido.
“En Europa siempre ha habido populismo. Lo que ha cambiado es que han decidido competir políticamente y lo hacen con buenos resultados”, ha incidido, al tiempo que ha comentado que antes no participaban electoralmente porque no se veían con posibilidades en las urnas y, en la actualidad, esa bolsa de votantes que se han decantado por fórmulas populistas estaban refugiadas en partidos conservadores y tradicionales.
Por otro lado, sobre la dimensión peyorativa que ha adquirido el término, el periodista ha indicado que por definición ningún movimiento se autodenomina así porque es difícil hacer política bajo un concepto que para muchos es un insulto.
En este sentido, ha agregado que el cruce dialéctico en el que los partidos se tachan unos a otros de populistas es la tónica imperante en el discurso político contemporáneo.
“Se ha convertido en un arma arrojadiza en el debate electoral. Ahora mismo en España populista es todo el que no piensa como el otro. Hemos caído en ese nivel de descalificación”.
Por ello, Losada ha augurado un panorama complicado en los próximos tiempos en nuestro país, sin un gobierno nacional formado aun y con las negociaciones bloqueadas, sin que ninguna fuerza tenga la capacidad de ceder para llegar a un consenso.
Por último, y aprovechando que el seminario se desarrolla en suelo marbellí, Losada ha reconocido que uno de los pioneros en implantar el populismo en la esfera política fue Jesús Gil, alcalde del municipio costero durante más de una década.
“Con él empezó en España. Es un ejemplo perfecto del populismo como estrategia: las ideas son secundarias, lo importante es la actitud”, ha dicho del desaparecido político, al que ha definido como un personaje “contradictorio, conservador, tremendamente reaccionario y con dudosos principios democráticos”, para terminar comparándolo con otra figura polémica, el presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Del Bosque ofrece su testimonio en otro curso
Por su parte, el exseleccionador nacional de fútbol Vicente del Bosque ha participado este jueves en el Curso ‘Infancia en riesgo: derechos y retos’ en una jornada dedicada a la educación y la diversidad.
En relación con la inclusión en la sociedad de personas con discapacidad, Del Bosque ha afirmado que se han dado pasos adelante y hay una concienciación social más amplia que la de años atrás, aunque ha lamentado que aún se producen hechos discriminatorios.
Asimismo, y centrándose en el sistema educativo, Del Bosque ha contado que su experiencia personal con su hijo Álvaro ha sido buena y eficaz, “creo en ella”, pero depende mucho de las decisiones tanto de los padres como de los docentes.
También ha añadido que se necesita apoyo, “no se pueden arrinconar en un aula” y está convencido de que con la integración de los niños y jóvenes con discapacidad salen todos beneficiados. De igual modo, ha destacado que el deporte es una herramienta poderosa para inculcar valores educativos, de igualdad y compañerismo. Su idea final ha sido que “no hay una receta única para todos” y que es importante apoyarse en los profesionales.
La inclusión como responsabilidad de la sociedad
Asimismo, en el mismo seminario dedicado a la infancia ha participado Carme Panchón Iglesias, profesora de Pedagogía de la Inadaptación Social de la Universidad de Barcelona, para exponer los retos del presente y el futuro en educación inclusiva. En su ponencia ha defendido que la inclusión es “una responsabilidad y un compromiso de toda la sociedad”, ya “no es algo exclusivo” de aquellas familias que cuenten con miembros con “otras capacidades distintas”.
En este sentido, ha añadido que “crecer y desarrollarse en contextos positivos es base fundamental de los derechos de la infancia y adolescencia” y que en este ámbito es necesario el involucramiento de familias, escuelas, comunidades y sociedad.
Panchón ha advertido de una idea equivocada sobre inclusión social en la sociedad presente: “Pensamos que son las personas con otras capacidades las que tienen que incorporarse a los entornos sociales y, en realidad, son estos los que tienen que promover las acciones y fomentar las posibilidades para que las personas no se sientan excluidas y formen parte activa como ciudadanos”.
Además, ha asegurado que un futuro sin inclusión social resultaría “imposible”. “Hay que cambiarse las gafas para ver las cosas desde otro punto de vista, así buscaremos alternativas. Debemos intentar hablar de multicapacidades, sobre todo en términos positivos y de sus posibilidades, no sólo de las deficiencias y de los límites”, ha advertido incidiendo en la importancia de un cambio en el discurso.
Sobre la división en la comunidad educativa producida tras el anuncio del Gobierno de traspasar a aulas ordinarias a 37.000 alumnos con discapacidad en febrero, la docente se muestra comprensiva: “Es lógico que las familias tengan cierta preocupación.
En los centros especializados sus hijos están atendidos y acompañados, les da miedo que salgan de estos entornos más protegidos y se incorporen a otros en los que los maestros y maestras no siempre puedan entenderlos debidamente”.
Ante estos impedimentos, la experta reclama la aplicación y el respeto de los marcos legales vigentes ratificados a nivel internacional y autonómico, porque tienen “derecho a recibir una educación como el resto de sus compañeros”. No obstante, también ha remarcado la necesidad de que los profesionales de los centros educativos reciban formación, recursos y planteen nuevas metodologías de trabajo junto a la incorporación de especialistas o profesores de apoyo que los acompañen.