El Juzgado de Violencia Penitenciaria de Huelva ha concedido el tercer grado al abogado y expresidente del Sevilla Fútbol Club José María del Nido, que cumplió a principios de marzo tres años de prisión de los siete a los que fue condenado por el caso ‘Minutas’ sobre las irregularidades en los encargos realizados al abogado por parte del Ayuntamiento de Marbella, y que salió el pasado 21 de abril de la prisión de Huelva, donde cumplía condena, incorporándose al Centro de Inserción de Sevilla (CIS).
Según reza en el auto judicial, al que ha tenido acceso Europa Press, el juez le otorga el tercer grado debido a “la excelente evaluación global del centro y su plena integración familiar, social y laboral” y tras estimar el recurso formulado por el propio del Nido contra un acuerdo de la Junta de Tratamiento de Huelva fechada el 29 de marzo.
El juez ha tenido en cuenta que, según se acredita por la documentación aportada, el interno tiene una vinculación familiar normalizada, contando con apoyo y buena relación, tanto con sus hijos como con su esposa y demás familiares; goza de una buena situación patrimonial, tiene formación académica y profesional; no padece ningún tipo de drogodependencia ni alteraciones psicopatológicas y carece de niveles significativos de agresividad e impulsividad, contando con el necesario repertorio de habilidades sociales para un buen desenvolvimiento social y de adaptación al medio.
Conducta positiva
A su vez, destaca que durante el tiempo transcurrido en prisión del Nido ha tenido “una conducta muy positiva, llevando a cabo un adecuado desempeño de las actividades encomendadas, con una evaluación global que el propio centro califica como excelente”, constándole nueve recompensas en su expediente penitenciario. Del mismo modo, remarca que ha disfrutado de varios permisos sin incidencias.
En cuanto a la naturaleza de los delitos por el que ha sido condenado, malversación de caudales públicos, remarca que la prevención ha sido cumplida, a tenor de los informes remitidos, ya que el interno reconoce y asume plenamente su responsabilidad en el delito cometido y el daño causado, afrontando las consecuencias del mismo, tanto con el cumplimiento de la pena privativa de libertad –más de tres años, desde su ingreso el 5 de marzo del 2014, de los siete años de condena que le fueron impuestos–, como en la reparación del daño causado, mediante el abono de una elevada responsabilidad civil que le consta, de 2,7 millones de euros.
En este sentido, la juez incide en que la clasificación en tercer grado del penado no implica en modo alguno una remisión o condonación de la pena, sino únicamente una forma de cumplirla de acuerdo con el tratamiento penitenciario individualizado.
Al respecto, señala que el recurrente se encuentra capacitado para llevar un régimen de vida en semilibertad por lo que ha estimado el recurso interpuesto, acordándose su clasificación y sin perjuicio del cambio de modalidad que pueda acordarse por la Junta de Tratamiento del Centro de Inserción Social de Sevilla en el que actualmente se encuentra el interno.
Desde el pasado mes de abril, del Nido fue trasladado a Centro de Inserción de Sevilla (CIS), donde solo acude a dormir, tras aplicarle una medida de flexibilidad, aunque continuaba en segundo grado.
El abogado ha disfrutado de cuatro permisos, concretamente el último fue el pasado Viernes de Dolores hasta el Jueves Santo, siendo el primero del 20 al 26 de diciembre de 2016.
Restituir el daño causado
El propio del Nido a su salida de prisión para disfrutar de su primer permiso de seis días, el pasado 20 de diciembre, tras ser autorizado por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva, aseguró que sólo piensa en “restituir a la sociedad el daño causado”.
“Ya mostré en mi juicio mi arrepentimiento, pedí perdón y dije que mi obligación era restituir, con prisión y dinero, las cantidades indebidamente percibidas y estoy cumpliendo con lo que han marcado los tribunales a rajatabla”, señaló del Nido en declaraciones a los periodistas.
“Dentro soy un interno más que ayuda a los demás en todo lo que puedo”, refiriéndose a asuntos judiciales, y “vivo como uno más las pocas horas que estamos fuera de la celda, ya que pasamos 16 horas y media encerrados en habitáculos de cinco por dos metros”.