El respirador diseñado en Andalucía por médicos e ingenieros malagueños para ser utilizado en la lucha contra el coronavirus ha pasado en la tarde de este lunes con éxito el primer ensayo clínico con un paciente real, realizado en el Hospital de Antequera. El proyecto está coordinado por la Fundación Progreso y Salud, adscrita a la Consejería de Salud y Familias.
El ensayo clínico ha permitido comprobar el correcto funcionamiento del respirador en cuanto a ventilación y oxigenación del paciente, así como en variable secundaria por daño asociado por la propia ventilación mecánica, ha indicado la Junta en una nota.
La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ha requerido la realización de dos ensayos como éste del respirador antes de dar luz verde a su fabricación.
El equipo de trabajo está compuesto por médicos de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, junto a investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), en colaboración con un grupo de ingenieros de la Universidad de Málaga (UMA).
En menos de una semana, este equipo ha desarrollado el prototipo de respirador, que ha sido denominado ‘Málaga Respira’, contando en todo momento con la validación médica de profesionales de los dos hospitales públicos malagueños y de ingenieros de la UMA.
La idea original parte de la tesis en la que trabajó en 1988 el cirujano cardiovascular del Hospital Regional Universitario de Málaga Ignacio Díaz de Tuesta que, a su vez, podría ser útil dadas las circunstancias actuales por la demanda de equipamiento para pacientes con patología respiratoria.
El equipo está compuesto por Víctor Muñoz, responsable del sistema de montaje y diseño del circuito por parte de la UMA; Carlos Pérez del Pulgar, ingeniero de sistemas de la UMA responsable de la programación del automatismo; el propio Díaz de Tuesta; el intensivista Miguel Ángel Prieto, coordinador de investigación del Hospital Regional de Málaga; el anestesista e intensivista del Hospital Universitario Virgen de la Victoria José Luis Guerrero Orriach; Gonzalo Varela Simó, cirujano torácico, expresidente de la Sociedad Europea de Cirugía Torácica y asesor científico del Hospital Universitario de Salamanca; Isabel Guerrero, responsable de la Unidad de Innovación del Ibima; Francisco Tinahones, director científico del Ibima; y José Miguel Guzmán, gerente.
El respirador es un dispositivo que tiene un tiempo de fabricación aproximada de dos horas y que no lleva componentes móviles, reduciéndose el riesgo de fallo mecánico o fatiga de materiales.
El controlador eléctrico del sistema está basado en autómatas comerciales diseñados para uso continuado con muy bajo riesgo de fallo, por lo que permite modificar sencillamente varios parámetros respiratorios como la frecuencia de respiración, presión y la relación inspiración-espiración, ofreciendo una alternativa real a los actuales respiradores homologados que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos para pacientes graves con la sintomatología del covid-19.
Una segunda fase contó con un ensayo animal también con resultados satisfactorios tras 24 horas en funcionamiento.
Esta parte del proceso ha sido posible gracias a la experiencia de Ricardo González-Carrascosa, especialista en Salud Animal, en calidad de veterinario designado por la Universidad de Málaga y coordinador de la plataforma de ‘Experimentación Animal’ del Ibima, quien se ha unido al resto de profesionales implicados en el proyecto.