Un control rutinario en la estación de autobuses de Méndez Álvaro, en Madrid, posibilitaba este martes la captura de un peligroso sicario belga, de origen marroquí, que se había abastecido de varias armas y numerosa munición en Marbella. Su destino final, por carretera, era la ciudad francesa de Nantes. La Policía Nacional vincula a este individuo con la llamada ‘Mocromaffia’. Se trata de la misma red criminal a la que la UDDEF vincula a Joakim Broberg, hijastro de la alcaldesa marbellí, que será juzgado en la Audiencia Nacional.
La información sobre este arresto, adelantada por la Cadena SER, apunta a que este criminal llevaba una maleta que contenía un subfusil de asalto desmontado, calibre 7,63 (empleado por las fuerzas armadas, pero en desuso) una pistola 9 mm parabellum, tres chalecos antibalas y munición para armas cortas y largas.
Cuando los agentes de la Brigada Móvil comprobaron la documentación del sospechosos se percataron de que le constaba una orden europea de detención emitida por Bélgica por delitos de secuestro, robo y homicidio.
A partir de ahora el citado cuerpo de seguridad, en colaboración con sus colegas de Interpol, investigan la participación del detenido en hechos delictivos acaecidos en la Costa del Sol, como el llamado ‘vuelco’ de drogas, en alusión a los robos de estupefacientes entre bandas. Se indaga también para dar con el paradero de otros miembros de la organización del detenido, asentados en el litoral malagueño.
La detención de este individuo pone de manifiesto otra variante del crimen organizado en Marbella, como es la compra venta de armas.
Diversas informaciones publicadas hasta ahora hablan de la existencia de cerca de un centenar de grupos criminales asentados en la ciudad, de más de 50 nacionalidades. Estos delincuentes organizados tocan todos los palos, en cuanto a delitos, que van desde el mencionado narcotráfico hasta la prostitución, pasando por las estafas de cuello blanco y la ciberdelincuencia.