Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con el Departamento de Policía de Helsinki (Finlandia), han desarticulado una organización de carácter internacional asentada en España, que se dedicaba a la trata y explotación sexual de mujeres principalmente en Benidorm (Alicante) y Málaga. Gracias a esta operación se han liberado a 16 víctimas y detenido a 25 personas, 24 en España y una en Helsinki, según ha informado el Ministerio del Interior.
Entre los detenidos se encuentra la “cabecilla” de la organización, que había fijado su residencia en Helsinki “para desvincularse” de la actividad delictiva, y dos de los principales tratantes que residían en Barcelona. Además, la red contaba con ramificaciones en Nigeria, Níger, Libia e Italia, para mantener el control sobre las mujeres durante todas las fases de trata previas a la explotación.
Igualmente, se han realizado cuatro registros domiciliarios en España y uno en Helsinki, interviniéndose en los mismos documentación contable, resguardos de envíos de dinero, anotaciones referentes a los principales países que formaban las rutas migratorias del norte de África, material informático y numerosos ‘smartphones’ cuyo contenido está siendo analizado. La Policía no descarta nuevas detenciones.
La investigación se inició cuando agentes de la Oficina de Asilo y Refugio de Madrid detectaron la presencia de dos mujeres jóvenes, de origen nigeriano, de las que sospecharon pudieran estar siendo víctimas de este delito.
La red contaba con una “importante” infraestructura en Nigeria, donde eran captadas la mayoría de las mujeres. Las víctimas eran mujeres jóvenes buscadas entre los estratos más desfavorecidos de las principales ciudades en situación de absoluta necesidad.
Hasta llegar a España las víctimas pasaban por Níger, Libia e Italia, donde eran ubicadas en centros de acogida para inmigrantes, y después en una red de alojamientos de la organización.
Una vez en España, las víctimas eran “inmediatamente” explotadas en el ejercicio de la prostitución en Barcelona y Málaga. Posteriormente, eran trasladadas a Madrid, donde las “aleccionaban” para que solicitaran protección internacional y que, de este modo, pudieran trabajar para la organización sin tener problemas en caso de ser identificadas por la Policía.
Una vez conseguida la protección internacional, las mujeres eran trasladadas a Málaga y Benidorm, donde se alojaban en pisos junto con miembros de la organización, que les explicaban las normas que debían seguir y las iniciaban y mantenían en el ejercicio de la prostitución, bajo su control permanente.
Los beneficios obtenidos gracias a los servicios sexuales que las mujeres realizaban todos los días, eran canalizados hasta Nigeria, donde parte de los mismos se utilizaban para financiar nuevos episodios de captación y traslado de víctimas. Para rentabilizar “aún más” la inversión, las víctimas eran trasladadas a otras localidades como Gandía o Soria, donde igualmente debían ejercer la prostitución en clubes de alterne.
La investigación llevó a los agentes hasta Barcelona, donde residían habitualmente dos de las principales tratantes. Tras varias pesquisas, localizaron a la principal “cabecilla” de la organización, que había fijado su residencia en la capital finlandesa.
Esta operación se enmarca dentro del ‘Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual’, puesto en marcha en 2013, y que dio lugar a la creación de la Brigada Central Contra la Trata de Seres Humanos, adscrita a la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional.