Primer gran caso al que se enfrentaba el nuevo comisario jefe de Marbella, José Manuel Rando, y se ha resuelto con éxito. El hombre detenido por quebrantar una orden de alejamiento y después de que familiares alertaran de su posible relación con la muerte de una mujer, cuyo cuerpo fue hallado sin cabeza ni manos flotando en el mar el pasado domingo, ha reconocido los hechos ante la Policía Nacional. Lo ha hecho tras las evidencias recabadas por los agentes y que le incriminaban de forma directa en los hechos investigados en un primer momento por la Guardia Civil, tras aparecer el cádaver en el mar.
De hecho, la Benemérita ha seguido una línea de investigación, paralela a la de la Policía Nacional, a través de su departamento de Criminalística, encargado de las pruebas de ADN que conectan al único sospechoso con este macabro crimen.
Por medio de un comunicado, la Comisaría Provincial ha informado de que los investigadores han realizado una reconstrucción de los hechos en un enclave de la costa de Marbella donde, según declaraciones del autor confeso, éste acabó con la vida de su expareja y arrojó su cuerpo mutilado al mar. De forma paralela, agentes de la unidad de Policía Científica (también del Cuerpo Nacional de Policía) han llevado a cabo una inspección ocular sobre el terreno con la recogida de vestigios.
Fueron efectivos de la Policía Nacional quienes detuvieron a este sujeto, de nacionalidad colombiana y residente en Marbella. Sobre él pesaba una orden de alejamiento y el arresto se produjo después de que una mujer alertara de que el cuerpo hallado en una playa de Marbella era el de su hermana, víctima de malos tratos.
La investigación policial se inició el domingo a partir de una denuncia interpuesta en dependencias policiales por la desaparición de una mujer, víctima de violencia de género. Los hechos fueron denunciados por familiares de la desaparecida. En el atestado la familia de la desaparecida expuso que esta había recibido amenazas días atrás por su expareja sentimental, que habría quebrantando las medidas cautelares dictadas por la autoridad judicial tras su detención a mediados de diciembre por malos tratos.
La investigación por la desaparición de la mujer fue asumida por agentes de la Comisaría de Marbella, lugar de residencia de la víctima. Unas horas antes de la interposición de la denuncia, el cadáver mutilado de una mujer, con características físicas similares a la denunciada como desaparecida por sus familiares, fue hallado por unos ciudadanos en una playa de Marbella. De tales pesquisas se encargó la Guardia Civil.
Fue en la madrugada del 9 de enero cuando la Policía Nacional estableció, en Marbella, un dispositivo para localizar a la expareja de la mujer. Los agentes detuvieron a primera hora de la mañana al sospechoso por su presunta implicación, inicialmente, por un delito de quebrantamiento de condena. Además, registraron los domicilios del sospechoso y de la desaparecida, interviniéndose diversos efectos de interés para la investigación.
En el marco del operativo establecido por la Comisaría de Marbella los agentes recabaron diferentes pruebas testificales que situaban a la víctima y a su expareja en un mismo punto de la ciudad. La fallecida y el detenido habían mantenido una relación sentimental de unos cinco meses de duración y a finales del mes de noviembre la mujer decidió poner fin a la misma, fecha en la que comenzaron los problemas. Posteriormente, presentó denuncia en la Comisaría por un episodio de malos tratos.
Paralelamente, la labor desarrollada por estos agentes posibilitó la detención, este miércoles pasado, de un amigo del principal sospechoso, arrestado por su presunta participación en los hechos. El día del crimen, supuestamente trasladó en una furgoneta a la víctima, aún con vida, y a la expareja de esta a un enclave de la playa donde tendría lugar el crimen.