El dueño de la parcela de la localidad malagueña de Totalán donde está el pozo en el cayó Julen, el niño de dos años que fue rescatado sin vida tras 13 días en dicha perforación, ha declarado este viernes como investigado por un presunto delito de homicidio imprudente, y ha defendido su inocencia, insistiendo en que era imprevisible lo ocurrido.
La titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga ha tomado declaración durante algo menos de dos horas al dueño de dicha parcela, David Serrano, que ha contestado a las preguntas tanto de la Fiscalía como de la acusación particular –en representación de los padres del niño–, de sus abogados y de la propia jueza, según fuentes judiciales que cita Europa Press.
Asimismo, ha mantenido, como dijo en la rueda de prensa, que tapó el agujero con dos bloques de hormigón y que avisó del peligro; así como que en todo momento “se puso en manos de un profesional para que le gestionara todo” lo relacionado con los trámites administrativos para realizar el pozo y sobre la licencia, según sus abogados del despacho Lawbird.
El cuerpo de Julen fue encontrado a las 01.25 horas de la madrugada del sábado 26 de enero por los equipos de rescate que lo buscaban en el pozo de tan sólo 25 centímetros de diámetro y algo más de 70 metros de profundidad desde el 13 de dicho mes.
Esta es la primera declaración en este caso y se produce después de que el fiscal lo solicitara. El dueño de la finca ha llegado a la Ciudad de la Justicia de Málaga poco antes de las 11.00 horas, asegurando que iba a mantener lo manifestado hasta ahora y que se sentía “abatido”. Sus abogados han dicho que su cliente “ha sufrido mucho” con todo esto y “de alguna manera aún está conmocionado”.
Así, ha alegado la imprevisibilidad de lo sucedido, ya que, según su letrado, Antonio Flores, “él valora el peligro en el sentido de que puede causar una lesión y pone esos bloques; pero no puede pensar ni por un momento que puede caer una persona”. “Él ha dicho: ‘Yo cómo podía imaginarme que una persona podía entrar por ahí’, ni adulto ni niño ni animal ni nada”, ha manifestado el abogado.
Al respecto, ha señalado que expertos geólogos y la propia Guardia Civil decían “que el niño no podía haber caído ahí”. “Si ellos no lo creían, mi cliente no puede tener ese conocimiento”, ha señalado Flores, quien ha añadido que una cosa así “nunca ha pasado antes”.
Sobre la licencia de la perforación, antes de entrar en los juzgado los abogados han señalado que su cliente es una persona “completamente ignorante” en cuanto a los trámites para hacer el pozo y, por eso, “se encomendó a un profesional que le dijo que se encargaba de todo”.
Flores ha asegurado que su cliente ha estado al principio de la declaración “quizás un poco más nervioso, pero luego ha estado tranquilo”, de forma que “no ha dudado en ningún momento”. Han indicado que se le han mostrado planos del lugar y que está de acuerdo con ellos “en la mayor parte”, ya que las primeras horas de rescate “hubo mucho movimiento”.
Los letrados han indicado que la próxima semana podrían pedir alguna diligencia en este procedimiento y han añadido que han valorado y “en el momento adecuado” pondrán en conocimiento de las autoridades comentarios “bastante irrespetuosos” contra su cliente “rayando el odio”.
Otro de los abogados defensores, Juan Martínez, ha incidido en que aquí “lo que hay es un investigado por un presunto delito, no un culpable, ni una cabeza de turco y menos aún un chivo expiatorio”. “No queremos que esto se convierta en una picadora contra mi cliente”, ha asegurado, pidiendo “comprensión y respeto para todos”.
Asimismo, los letrados han indicado que su cliente sigue contando con el apoyo de los padres –que están citados a declarar como testigos el lunes–, apuntando que “todos son familia”. Antes de la declaración, los abogados han señalado que en este caso habrá que determinar si hay culpa, pero sostienen que de haberla “no es de nuestro cliente”.