“Nuestro compromiso es agotar el próximo periodo de sesiones de enero a julio”. El portavoz de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, ha plasmado así este jueves la firme voluntad que tiene el presidente Juanma Moreno, consensuada con el vicepresidente Juan Marín (Cs), de “anteponer la agenda reformista” de su gestión a las “estrategias electorales de otros partidos”. De poderse llevar a cabo el deseo expresado por el también consejero de Presidencia, los dos socios de coalición, Partido Popular y Ciudadanos, prolongarían la actividad parlamentaria hasta el verano sin que el presidente hubiera disuelto la Cámara autonómica. Tal escenario alejaría la cita con las urnas hasta el mes de octubre. Cabe recordar que días atrás el propio Moreno Bonilla habló de “junio u octubre” como los meses que barajaba para los comicios.
Evidentemente el cumplimiento del deseo de los gobernantes andaluces pasa por poder sacar adelante, a partir del mes de enero, toda una serie de leyes y decretos para los que, al no disponer de mayoría suficiente entre ambos socios, necesitan contar con otros apoyos: “vamos a negociar con todos los partidos”, ha dejado claro Bendodo para referirse a Vox, PSOE, Unidas Podemos y los anticapitalistas liderados por Teresa Rodríguez (excoordinadora regional de Podemos y luego expulsada).
Bendodo se muestra “convencido” de que los intentos que la coalición de centroderecha va a hacer a partir de enero, al “redoblar el esfuerzo negociador”, van a dar “buen resultado”. El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, ya dejó claro en reiteradas ocasiones, tras tumbar los Presupuestos 2022 junto a Vox y Unidas Podemos, que los socialistas no van a “bloquear el Parlamento”. Sostuvo el también candidato a la presidencia de la Junta que “no se repetirá la pinza de la legislatura 94-96 cuando el Partido Popular se dedicó a bloquear todo”, dijo Espadas en alusión a la llamada “pinza”. Fue la estrategia de regeneración democrática que Javier Arenas emprendió junto a la Izquierda Unida Convocatoria por Andalucía de Luis Carlos Rejón para asfixiar al entonces gobierno en minoría de Manuel Chaves, con un PSOE salpicado ya por diversos casos de corrupción.