La propiedad del hotel Don Carlos de Marbella, de cinco estrellas y 52 años de antigüedad, ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo para sus 94 empleados fijos. El establecimiento cerró sus puertas el pasado mes de marzo debido a la pandemia del COVID-19.
En un documento, al que ha tenido acceso Europa Press, la cadena propietaria del establecimiento, señala que el modelo de negocio “no es viable”, una situación que la pandemia del COVID-19 “ha puesto de relieve con mayor contundencia: el hotel solo es rentable en temporada alta, acumulándose cuantiosas pérdidas en temporada baja”.
“Esta situación, por las circunstancias actuales, pasa a ser insostenible, sin ingreso alguno desde el 19 de marzo, y sin previsión de ocupación que permita la apertura sin incrementar las
pérdidas, situando a la empresa en situación técnica de riesgo de concurso de acreedores“, sostiene la propietaria, que alude a que la recuperación será “lenta y paulatina, no alcanzándose los niveles de 2019 hasta 2023”.
Para evitar dicha situación, “se ha decidido transformar
definitivamente el establecimiento en un hotel de temporada, que permanecerá abierto de abril a octubre, aproximadamente. Ello supone que todo el personal con contrato indefinido ordinario a jornada completa no tiene cabida en este nuevo modelo”.
De esta manera, tal y como ha adelantado este martes diario SUR, se ha presentado este ERE para 94 trabajadores fijos cuando aún está en vigor un ERTE por fuerza mayor motivado por el COVID-19 para toda su plantilla. El complejo no ha anunciado fecha de reapertura y en estos momentos se han celebrado dos reuniones del periodo de consultas entre la empresa y la representación de los trabajadores, que acabará el 16 de julio.
La empresa propietaria del hotel marbellí pretende, para evitar la extinción de los contratos indefinidos, pasar a una novación contractual que los transforme en contratos a tiempo parcial. Las retribuciones se prorratearían a lo largo de los 12 meses pero la jornada pactada se concentraría de abril a octubre.
En el caso de que fuese necesaria una atención extraordinaria de grupos o eventos fuera de la jornada pactada se cubriría con horas complementarias obligatorias: “Ello supondría, de tener ocupación fuera de la temporada, poder recurrir a la plantilla a tiempo parcial y que su jornada y por tanto ingresos pudiesen alcanzar, en el mejor de los escenarios, hasta el 93 por ciento de los actuales”.
Para Comisiones Obreras se trata de “una barbaridad”
La secretaria general del Sindicato de Servicios de CCOO en Málaga, Lola Villalba, ha calificado de “barbaridad” este ERE extintivo, considerando que supone “un abuso contra los derechos de los trabajadores”. Más aún, ha dicho, en un hotel “que facturó el pasado año 21 millones de euros y obtuvo cuatro millones de beneficios, el doble de lo que esperaban”.
“La empresa ha dicho que los empleados fijos no entran en su negocio; quieren a toda la gente a tiempo parcial y que vengan a trabajar horas dependiendo de la ocupación; es tratarlos como esclavos y que estén a la carta”, ha subrayado a Europa Press.
A su juicio, la empresa pretende cambiar los contratos de los fijos por parciales, lo cual “es peor que ser fijo discontinuo, que sabes que trabajas nueve meses y tres te vas al desempleo”. “Esto es que trabajen a la carta, te llamo cuando quiero según me venga bien”, ha lamentado la sindicalista, quien ha informado de que CCOO y UGT han pedido una reunión con la Delegación de Empleo de la Junta de Andalucía.
Villalba ha lamentado, además, que se haya presentado este ERE antes de finalizar el estado de alarma incluso y ha apuntado que de llevarse a cabo este ERE, la propiedad “tendría que devolver las cotizaciones sociales de los pasados meses”. También, ha apuntado, podría ir “en contra de la normativa laboral y tendrían que pagar indemnizaciones, hacer convenios especiales por formación y uno especial para los mayores de 55 años”.
La responsable de Turismo de CCOO en Málaga ha recordado que en la Costa del Sol “empresarios de este tipo no los queremos” y ha incidido en que la situación derivada del COVID-19 es dura pero “es coyuntural y no se puede aprovechar para convertir a la Costa del Sol en un hotel de temporada”.
Por último, ha aludido a que no es la primera vez que la propiedad, el grupo Selenta, que se hizo cargo del establecimiento en 2006, tiene “conflictividad laboral. Durante la anterior crisis económica recortaron salarios y derechos y ahora esto no es normal”.
Declaraciones del presidente de Aehcos
Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, ha señalado que el hotel Don Carlos “es el primero”, y ha aludido a que no prolongar los ERTE hasta finales de diciembre implica que “muchos han decidido cerrar y despedir trabajadores”.
“Van a caer muchos destinos y nos tenemos que reinventar bien; vamos a cambiar los modelos operativos. Si un hotel tiene 100 habitaciones puede pasar a 50 y generará menos empleo. Todo va a cambiar. No sé hacia dónde pero sí van a ocurrir muchas cosas porque el cliente aún no ha hablado“, ha sostenido a Europa Press.
En su opinión, pese a que la situación es “transitoria” por el COVID-19, las repercusiones económicas seguirán: “Primero hay una etapa de catastrofismo; ahora estamos en una fase de falso optimismo pero a partir de septiembre vendrá la insolvencia, cuando le pidan al empresario que pague todo lo que no ha pagado; cuando tenga que pagar lo que ha pedido para vivir y todo eso venga el año que viene junto”.