El portavoz del PP de Marbella, Enrique Rodríguez, a su vez edil y jefe de campaña. Foto/ archivo PP
El Partido Popular de Marbella ha hablado este jueves de “reconciliación” entre el PSOE y Opción Sampedreña (OSP) después de que ambos grupos municipales de la oposición vayan a forzar un pleno extraordinario, monográfico. Tratan de obligar a la alcaldesa, Ángeles Muñoz, así a como a otros ediles del equipo de gobierno, a dar explicaciones sobre una serie de escándalos políticos que rodean a la también senadora.
Sorprende el tono tan beligerante empleado contra OSP por el portavoz popular y jefe de campaña, el edil Enrique Rodríguez, cuando la formación sampedreñista sería, a todas luces, el aliado natural del PP, como socio de gobierno tras el 28-M –más allá del hipotético resultado que pueda lograr Vox– si Muñoz pierde la mayoría absoluta. Sin olvidar la representación que puedan lograr Por Mi pueblo y Cs, hipotéticos aliados en un gobierno de centroderecha.
Al margen de todo lo anterior, así como de la buena sintonía de PP y OSP cuando gobernaron, sin problema alguno entre 2017 y 2019 (tras una moción de censura a Bernal), es cierto que el portavoz de OSP y candidato, Manuel Osorio, es el único opositor del Pleno que ha pedido en varias ocasiones la dimisión de Muñoz. No así el exalcalde y candidato del PSOE, Pepe Bernal. El portavoz socialista ha dejado en manos del PP, “por cuestiones éticas internas que les corresponden a ellos” el cese de la actual regidora.
Por medio de un comunicado, el portavoz del PP reprocha a los dos citados partidos opositores plenarios “las amenazas que llevan vertiendo durante seis meses sobre un pleno extraordinario que aún no han registrado y que han retrasado hasta las puertas de las elecciones municipales”.
A juicio de Rodríguez, PP y OSP “sólo buscan el rédito político y el daño personal a la alcaldesa y a Marbella, sin importarles las resoluciones judiciales”.
Un discurso sobre ir “contra Marbella” similar al del GIL
De nuevo sorprende esta línea de defensa de los populares, que recuerda a tiempos pasados del gilismo, cuando los gobernantes de entonces identificaban cualquier crítica hacia su gestión con “ir contra Marbella”, en palabras del propio Jesús Gil y de quienes le sucedieron: Julián Muñoz y Marisol Yagüe, además de la etapa interina, como alcalde efímero, del exjugador del Atlético de Madrid Tomás Reñones (también condenado en ‘Malaya’) tras la detención de Yagüe.
El jefe de campaña del PP habla de la “unión” de PSOE y OSP “para ir de nuevo contra la ciudad y avivar la persecución con fines electoralistas a la que están sometiendo a la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz.”
“Es cuanto menos destacable la reconciliación del PSOE y OSP semanas antes de los comicios municipales”, recalca Rodríguez en la nota de prensa, enviada como reacción a la iniciativa conjunta de los dos partidos opositores. Ambos fueron socios de gobierno entre 2015 y 2017 junto a Izquierda Unida. Tuvieron el apoyo, desde la oposición, de Podemos.
Conviene recordar que el pasado mes de diciembre, durante una entrevista concedida a Onda Cero, Bernal dijo que, tras el 28 de mayo –si no hay mayoría absoluta del PP– “nos sentaremos con todo el mundo”. Así lo anunció el exalcalde en la emisora de Atresmedia. Fue cuando le preguntaron por OSP y si se había reconciliado con ellos, tras la llamada “moción-traición”, expresión empleada en su momento por el que fuera teniente de alcalde de IU, Miguel Díaz, socio de PSOE y OSP.
Enrique Rodríguez habla del “cuatripartito” como de la “época más negra de la gestión en Marbella”. No parece tener en cuenta el edil del PP los precedentes del gilismo y postgilismo que llevaron al Gobierno central, entonces presidido por Zapatero, a disolver por corrupción el Ayuntamiento de Marbella en abril de 2006.
Cree el portavoz del PP que el pleno extraordinario a convocar “sería una buena ocasión para que den explicaciones de la nefasta gestión que hicieron en conjunto y de los escándalos que los persiguieron”, señala en alusión a PP y OSP.
Al partido de Osorio los populares nunca le exigieron explicación alguna cuando fue su socio en el Ejecutivo local. No hubo el más mínimo roce, o discrepancia entre ambos aliados entre 2017 y 2019.
“No han tenido suficiente con la tiple negación que han recibido cuando intentaron sin éxito personarse tanto por parte de la Audiencia Nacional como de la Fiscalía, que dejan claro que no existe vinculación alguna con el Ayuntamiento”.
La afirmación de Rodríguez se refiere a los intentos, en vano, del PSOE para ejercer la acusación en el caso por narcotráfico y blanqueo de capitales, además de organización criminal. En esta causa penal fueron procesados el marido de la regidora del PP, fallecido recientemente, y su hijastro, como presunto líder de la llamada ‘trama sueca’.
Conviene recordar también que el juez instructor de la Audiencia Nacional rechazó tres informes de la UDEF (Policía Nacional), para abrir una pieza separada por presuntos delitos relacionados con supuesta corrupción municipal. Llegaron a decir, en uno de sus informes, que el hijastro de la alcaldesa “trata al Ayuntamiento como si fuera propio”.
El PP va más lejos en su ofensiva, como defensa, al hablar de “persecución esta teledirigida desde Madrid para atacar la ciudad”. Culpan de ello al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “para tapar sus casos de corrupción”. Citan el ‘caso Tito Berni’.
No obstante, los escándalos que protagoniza la alcaldesa, especialmente en lo relativo a su patrimonio ocultado al Senado, se remontan a noviembre de 2022, mucho antes del caso del diputado socialista canario (febrero 2023).
“Moncloa ha puesto todo su aparto político, institucional y mediático a luchar contra Marbella, una campaña de desprestigio y desgaste financiada por todos los españoles, lo peor es que desde hoy Pedro Sánchez cuenta con un nuevo cómplice y aliado en la ciudad, que es OSP”, llega a denunciar el PP local.
Cabe recordar que la detención del marido de la alcaldesa se produjo el 9 de febrero de 2021. La extradición desde Brasil de su hijastro, Joakim Broberg, meses después.
El PP no denunció ante los juzgados, en la vía penal, o bien la Fiscalía, que se sepa hasta el momento, caso alguno relacionado con la gestión municipal de PP-OSP-IU.
Sin embargo, Rodríguez habla de “los numerosos escándalos que rodearon su gestión, como eran contratos a dedo a empresas de afiliados y familiares de cargos socialistas del equipo de gobierno, enchufismo en el Ayuntamiento con la contratación de familiares directos, uso de recursos públicos para cuestiones privadas, etc…”, sentencia el edil
La incógnita de OSP tras el 28-M si el PP pierde la mayoría absoluta en Marbella
El concejal y portavoz de OSP, Manuel Osorio, en imagen de archivo. FOTO/ CABANILLAS
La posición que pueda adoptar OSP y su candidato, Manuel Osorio, en caso de ser llave de gobierno (a izquierda o derecha) tras el 28-M es una incógnita, si se tiene en cuenta que la formación sampedreña protagonizó una moción de censura contra Bernal –en agosto de 2017– que devolvió el bastón de mando a Ángeles Muñoz, tras dos años de gobierno tripartito (PSOE, IU, OSP), con el apoyo externo de Podemos desde la oposición.
Aunque OSP es el único partido de la oposición en el Pleno que ha pedido a Muñoz su dimisión, Osorio juega a la ambigüedad, cuando se le pregunta si gobernaría de nuevo con la actual alcaldesa tras el 28 de mayo, en caso de ser necesario su apoyo al PP.
Así como no es descartable ver a OSP pactando a izquierda o derecha hay otros pactos que serían, de antemano, poco menos que contra natura: Uno de ellos el de Por Mi Pueblo, con Francisco Gómez al frente (exPP y exCs), en una coalición con IU y Podemos.
En el caso de Ciudadanos su candidato, Ángel Mora, que también ha militado en ambos partidos y fue edil local del PP, su aliado natural sería la formación de Muñoz. No parece probable ver a la formación liberal en un pacto de gobierno con IU y Podemos (ya lo descartó el dirigente nacional Guillermo Díaz), pero sí con el PSOE, OSP y Por Mi Pueblo.
Por último, en lo que respecta a Vox, su aspiración es clara: servir al PP para formar mayoría absoluta si la pierde. Una pretensión que pretende llevar a cabo en toda España, tanto en ayuntamientos como en autonomías.
