Las numerosas irregularidades urbanísticas protagonizadas por la dirigente de Vox Rocío Monasterio, en su faceta como arquitecta en la Comunidad de Madrid, han salpicado de lleno a la conocida empresaria Sandra García Sanjuan, responsable junto a su marido del festival musical Starlite que se celebra cada verano en Marbella. Monasterio y García Sanjuan han sido socias en la empresa Luxury Rentals S.L., dedicada a la actividad inmobiliaria.
Tal y como informó días atrás el diario El País el matrimonio conformado por el diputado nacional de Vox Iván Espinosa de los Monteros y Monasterio llevó a cabo más ‘lofts’ sin licencia en 2003 y 2005 en la ciudad de Madrid. El Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, les abrió expedientes disciplinarios que acabaron en órdenes de demolición.
Las dos nuevas irregularidades destapadas por el diario del Grupo Prisa se refieren a un bajo en la calle Zabaleta 29, en el distrito de Chamartín y otros dos en la calle Lazaga 12, del barrio de Tetuán.
La entrada en escena de la conocida empresaria vinculada a Starlite se produjo en el caso concreto de la obra de la calle Zabaleta 29, hecha sin la licencia correspondiente, porque le fue denegada. Además, la mercantil compartida por Sandra García Sanjuan y Monasterio desoyó las órdenes de paralización y demolición que le fueron notificadas desde el Consistorio madrileño que presidía por aquel entonces Alberto Ruiz Gallardón.
Con motivo de la asistencia de García Sanjuan al stand de Marbella, durante la pasada edición de Fitur en Madrid, al presentarse allí Starlite 2020, Marbella Confidencial intentó recabar, in situ, la versión de la empresaria. “Se trata de una sociedad inactiva y yo no estaba en el día a día”, zanjó la responsable del festival no sin antes animar a este periodista a “investigar en el Registro Mercantil”.
Marbella Confidencial ha verificado en bases registrales oficiales que Sandra García Sanjuan y Rocío Monasterio son actualmente liquidadores solidarias de Luxury Rentals S.L. –dedicada a la arquitectura y el diseño de interiores– desde el 8 de junio de 2018.
La mercantil fue constituida en noviembre de 2002 con un capital de 3.010 euros. Desde el comienzo de las operaciones de esta empresa figuraron en ella como administradoras solidarias Monasterio y Sanjuan. Así pues, cuando se cometieron las irregularidades detectadas en la promoción de la calle Zabaleta Sandra García Sanjuan tenía un cargo de peso en el día a día de Luxury Rentals S.L., aunque ella ahora asegure que “no estaba en el día a día”.
Fuentes conocedoras del tráfico mercantil de la citada empresa, consultadas por este medio digital, confirman que ambas mujeres fueron socias en Luxury Rentals, además de administradoras solidarias. De hecho, añaden que el ser administradora solidaria, en lugar de mancomunada, le aporta a García Sanjuan mayor grado de responsabilidad en los actos y decisiones que se llevaron a cabo.
Fue el 8 de junio de 2018 cuando las dos citadas empresarias dejaron de ser administradoras solidarias de Luxury Rentals para convertirse en liquidadoras solidarias de la misma. A día de hoy, la mercantil envuelta en esta nueva polémica urbanística madrileña está extinguida.
En el caso de Monasterio la política de Vox negó al mencionado diario nacional “la autenticidad de dichas informaciones” y anunció las explicaciones pertinentes cuando presente las alegaciones correspondientes en el Colegio de Arquitecto de Madrid.
Cabe recordar que la formación política Más Madrid, liderada por Inigo Errejón, formalizó semanas atrás una denuncia por presunta falsedad documental contra Monasterio en la Fiscalía de Madrid tras el cúmulo de informaciones periodísticas publicadas. De forma paralela, el Colegio de Arquitectos de Madrid mantiene abierta otra investigación por intrusismo laboral, ya que Monasterio firmó planos sin tener el título para hacerlo
Más Madrid entiende que si hubo delito no ha prescrito, algo que sí ocurre con las demás irregularidades desveladas fundamentalmente por El País y también por eldiario.es, tales como firmar planos y certificados de obra sin tener el título de arquitecta ni estar colegiada.