Había conseguido un empleo como bailarina en un club de Marbella y llegó a la ciudad procedente de Marsella (Francia) el pasado 31 de diciembre. Esta joven neozelandesa, de 26 años de edad, pretendía iniciar una nueva vida, en plena pandemia del coronavirus y se metió de lleno en una pesadilla de la que la Policía Nacional la ha liberado ahora, tras una denuncia contra una trama de trata de mujeres que la obligó a prostituirse.
Según la información oficial difundida este jueves la investigación, denominada Operación Maorí, tuvo su inicio el pasado 10 de noviembre, a partir de la información recibida en la cuenta de correo electrónico trata@policia.es, canal habilitado para facilitar la colaboración ciudadana de manera anónima y confidencial.
Las pesquisas condujeron a la constatación de que la víctima era obligada a ejercer la prostitución en un club, donde los proxenetas la tenían bajo control.Tres personas de nacionalidad rumana han sido detenidas acusadas de los delitos de trata de seres humanos, relativos a la prostitución y la explotación sexual, entre otros.
Así, se ha realizado una entrada y registro en la vivienda de los cabecillas de la trama, un hombre y su mujer, de 41 y 35 años, en un inmueble próximo al club. Los agentes han intervenido documentación relacionada con la actividad ilícita, material informático, teléfonos y un revólver de aire comprimido.
Cuando el pasado 31 de octubre la joven llegó al aeropuerto de Málaga, procedente de Marsella, subió a un vehículo y desde allí fue trasladada por miembros de la trama a un piso en la localidad de Estepona, teniendo restringida, desde ese momento, su libertad de movimientos. En la vivienda, la víctima pernoctaba bajo la vigilancia constante de “una tratante”, descrita así por la Policía, que informaba, vía telefónica, a sus superiores de lo que allí acontecía.
Si bien inicialmente comenzó a trabajar en el club como bailarina, pronto comenzaron a explotarla sexualmente. Los supuestos cabecillas de la trama, un hombre y su pareja sentimental, la obligaron a prostituirse en el establecimiento.
Tan sólo varias horas después de que los agentes tuvieran conocimiento de esta denuncia, a través de la citada dirección policial de correo electrónico, los agentes establecieron un dispositivo cuya eficacia permitió la inmediata localización y liberación de la víctima, en una terraza próxima al club, y el arresto de los considerados proxenetas.
Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual. La Policía Nacional cuenta con la línea telefónica 900 10 50 90 y un correo electrónico trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos, no quedando reflejada la llamada en la factura telefónica.
En la investigación han participado agentes del Grupo III de la UCRIF de la Comisaría Provincial de Málaga, así como también investigadores de los grupos operativos de extranjeros de las Comisarías de Marbella y Estepona.