Los cuatro policías locales de Marbella acusados por la muerte de un hombre cuando lo intentaban reducir en la calle han defendido su forma de actuar en la intervención, ya que la víctima tenía una actitud “agresiva” y podía ponerse en peligro él o a los viandantes. El principal procesado ha admitido que se apoyó en el omóplato del fallecido, pero ha dicho que siguió el protocolo.
La Sección Segunda de la Audiencia de Málaga ha iniciado este martes el juicio a estos cuatro agentes. El fiscal sólo acusa a uno de los policías locales por un delito de homicidio por imprudencia, mientras que la acusación particular, que representa a la familia del fallecido, acusa a los cuatro y por más delitos. La vista oral continuará este miércoles y los días 23 y 24 de este mes de noviembre.
Los hechos sucedieron en febrero de 2006. El agente acusado tanto por el ministerio público como por la familia del fallecido ha señalado que llegó junto a su compañero en apoyo de dos agentes, que en ese momento estaban sobre el hombre intentado reducirlo. Ha dicho que el otro se puso en la parte de las piernas y él sobre la parte delantera, llegando a apoyarse sobre el omóplato unos segundos.
Ha indicado que es la forma de actuar “por protocolo” para inmovilizar totalmente a una persona para impedir que se autolesione o que llegue a hacer daño a otras personas; aunque ha negado que golpeara al hombre en la cabeza. Ha declarado que cuando llegó no vio si el fallecido tenía las esposas puesta o no, pero que luego sí se dio cuenta de que las llevaba.
Su compañero ha manifestado, igualmente, que cuando llegó al lugar ya estaban los otros compañeros actuando y no vio si el hombre tenía los grilletes puestos o no. Él se colocó en la parte de las piernas, mientras el otro fue a la parte delantera, pero no pudo ver si le presionó. Al poco tiempo, ha señalado, el hombre dejó de ofrecer resistencia.
Los agentes que actuaron en primer lugar han señalado que acudieron por el aviso de que había una persona alterada. Lo localizaron totalmente mojado, con un pantalón de pijama e intentaron hablar con él pero no les hacía caso. Han incidido en que era muy corpulento, “se revolvía”, posiblemente estaba bajo los efectos de sustancias, pudiendo ser “peligroso”; y temieron que pusiera en peligro su vida o la de otros ciudadanos.
Así, ha señalado que se vieron “en la obligación” de controlar y reducir al hombre, admitiendo uno de los agentes que le dio con la defensa reglamentaria, pero estando de pie, nunca en el suelo; y no en la cabeza. Cuando ya estaban los cuatro, vieron que la cara le empezó a cambiar de color y pensaron que era hipotermia, por lo que le quitaron los grilletes y llamaron a la central para avisar a una ambulancia.
La Fiscalía sostiene que el policía al que acusa se colocó “presionando fuertemente al detenido”, al tiempo que le agarraba la cabeza hacia atrás “dificultando y taponando la entrada de aire en la boca y nariz”. Esto, aunque “por sí misma no fue la causa” de la muerte, sí que fue un elemento para provocarla, “excediéndose dicho agente en el empleo de la fuerza mínima imprescindible y necesaria”.
Por esto, el fiscal precisa en su escrito inicial que de las actuaciones se desprende que las lesiones que realizaron los otros tres agentes fueron ocasionadas “empleando la fuerza indispensable para inmovilizar al detenido, teniendo en cuenta su peso y estado de excitación”, mientras que el cuarto policía, al que acusa, sí se “excedió” en su actuación.
Por contra, la acusación particular, que pide distintas penas de prisión para cada uno de los cuatro agentes, señala en su escrito que los policías utilizaron las defensas contra la víctima “golpeándole en varias ocasiones” y de forma reiterada, incluso cuando ya estaba inmovilizado, lo que fue una actuación “innecesaria y desproporcionada”.
Aunque se indica que fue un policía –el mismo que acusa la Fiscalía– el que provocó a la víctima la falta de aire, la acusación particular sostiene que “ninguno de los tres agentes recriminó” nada a dicho compañero ni auxiliaron al hombre, sino que “todos participan de la acción con una conducta claramente omisiva” y no hicieron “ninguna maniobra de reanimación”.