Concluye la Feria Internacional de Turismo (Fitur) en Madrid y es ahora cuando los responsables políticos y empresariales harán su correspondiente balance. En el caso concreto de Marbella se pueden esbozar ya algunas conclusiones sobre el stand propio que, un año más, ha tenido la ciudad en la capital de España.
Se podría decir que cada año el municipio va a más en cuanto a medios técnicos, aunque el modelo expositor mantiene el mismo perfil en cuanto a diseño, dividido en dos partes, a cada lado de un ancho corredor por el que se accede al pabellón de Andalucía (en el que se encuentra la marca Costa del Sol).
Los profesionales del sector local tienen sus mesas para trabajar y cerrar acuerdos con tour operadores. Un claro exponente de ello es el Hotel Los Monteros con su director al frente, Fernando Al-Farkh, que nunca falta a esta cita, ni a las otras grandes de Londres y Berlín. Esta firma hotelera representa un ejemplo de cómo se pueden captar clientes y vender pernoctaciones.
Las pantallas gigantes han sido todo un acierto. Valga la expresión ‘una imagen vale más que mil palabras’, para difundir las bondades de Marbella en cuanto a clima, gastronomía, playas y golf entre otras, a través de estos medios mediante proyecciones periódicas para ser vistas por el visitante.
Que Marbella tiene un stand mejor diseñado y mejor situado que el de la ciudad de Málaga, con todos los respetos para esta gran marca internacional, es algo que, a todas luces salta a la vista. No hay mas que ver la ubicación de uno y otro destino, sin ir más allá para no herir susceptibilidades.
Al margen de las ventajas de acudir a Fitur con stand propio de la ciudad, costumbre retomada por el exalcalde Pepe Bernal en 2015, en esta ocasión se ha optado por suprimir el cóctel-cena, a modo de presentación de la marca turística, que se celebraba la noche antes de inaugurarse la feria.
Aquella era una buena ocasión para citar a expertos, tour operadores, agencias y medios de comunicación, entre otros, en un gala que cada año acogía algún edificio de los llamados ’emblemáticos’, valga el tópico para la ocasión.
Marbella entró en el selecto club de los que tienen su propia gala nocturna. El problema fue lo que ya en su momento se definió por algunos como una “endogamia turística”: en la fiesta sólo había personas de Marbella que se retroalimentaban. Faltaban los medios de comunicación que no fueran locales y los agentes externos.
Este año se ha optado por un cóctel organizado por la agencia All Stars, que dirige María Asenjo, con la alta gastronomía como locomotora para la ciudad, al aprovechar el tirón de determinadas estrellas ‘Michelin’: las que lo son y las que lo fueron, como Dani García, que envió a una persona de su equipo. También se echó en falta a Marcos Granda (restaurante Skina) que tenía compromisos en su tierra natal, Asturias, donde ha abierto un nuevo negocio.
Como siempre hay cosas que mejorar, sería de vital importancia poder atraer a medios de comunicación y expertos de lugares como Reino Unido, o Alemania, países de donde proceden la mayoría de turistas internacionales que visitan Marbella, y también de aquellas comunidades autónomas de donde provienen habitualmente los compatriotas que recalan en el municipio.
En otro orden de sugerencias, si Marbella quiere aspirar a ser la capital gastronómica nacional, en 2021, es importante que los críticos gastronómicos de los grandes medios se interesen por nuestra oferta. Es cuestión de hacer ‘lobby’. Para eso están las agencias de comunicación, incluida la que tiene contratada el Ayuntamiento de Marbella.
Afortunadamente la alcaldesa, Ángeles Muñoz, tiene claro que Marbella no tiene por qué mirarse en el espejo de la Costa Azul, en lugares como Cannes, Saint Tropez o Niza, porque tiene identidad propia.
Recuerdo cuando, años atrás, al entonces concejal de Turismo, Javier Porcuna, del PSOE, se le llenaba la boca con aquello de “Marbella tiene que mirarse en la Costa Azul”. El grado de mimetización con el país vecino que perseguía Porcuna llegó a tal extremo que quería implantar unos uniformes de Policía Local de color blanco “tipo Niza”, dijo, por no hablar del exotismo de la unidad policial para patrullar en parapente (modelo visto en tierras de ultramar) que afortunadamente nunca llegó a ponerse en práctica.
En alguna ocasión conté cómo el personal que promociona la Costa Azul en ferias como la World Travel Market de Londres se llevaba las manos a la cabeza cuando uno les decía que en Marbella el PSOE quería mirarse en su espejo como modelo turístico.
“Marbella es Marbella y no necesita mirarse en la Costa Azul, ha tenido altibajos como destino, pero tiene identidad propia y muchas cosas que nosotros no tenemos, empezando por el clima cuando se acaba el verano”, dijo una especialista francesa con la que hablé y que prefirió que su nombre no se publicase, para que no pareciese que ella promocionaba Marbella…
En resumen, la promoción de Marbella en estas ferias turísticas tiene que pasar por mejorar lo mucho bueno que se tiene y explotarlo al máximo.
En el caso del deporte, y no me refiero al golf, también sería necesario potenciar al máximo el hecho de que numerosos equipos futbolísticos de grandes ligas europeas, por no hablar de los chinos, elijan nuestra localidad para hacer sus preparaciones invernales. Este es un aspecto que hay que mimar, si es necesario atrayendo a las más importantes ferias a representantes de clubes relevantes. Hay mucho por hacer y crear, cuando se trata de las muchas posibilidades que puede brindar el turismo a una ciudad como Marbella.