“Una nueva mayoría social”. Así definió Juanma Moreno durante su campaña electoral, muy personalista y al más puro estilo Feijóo, con las siglas del PP escondidas, lo que aspiraba a lograr este 19 de junio de 2022, mediante lo que denominó “voto prestado para frenar a Vox” como socio de gobierno. Del resultado obtenido en las urnas, con 58 escaños, se podría decir que lo ha logrado con creces. En todos los sondeos publicados ya se apuntaba que Andalucía había cambiado de tendencia, del centro izquierda al centro derecha, pero no es del todo así. Este giro sociológico hay que entenderlo desde el concepto del “préstamo” que muchos votantes socialistas moderados, de centro y centro izquierda, han otorgado al gobernante centrista para los próximos cuatro años en San Telmo.
El PP-A gana en todas las provincias, con especial mención a Sevilla con 9 diputados de los 18 en juego, frente a la lista del PSOE que lideraba el candidato a la presidencia, Juan Espadas, exalcalde de Sevilla, que no ha logrado ganar ni en su propia provincia y se ha quedado en 5, al perder 1 con respecto a 2018.
El repaso sevillano ha sido monumental, en clave de ‘sorpasso, y llega tras 40 años de hegemonía socialista en autonómicas, pero también en cualquier otro tipo de comicio. Hasta ahora Sevilla era inexpugnable para los conservadores. El resultado cosechado por la cabeza de lista del PP-A sevillano, la ‘arenista’ Patricia del Pozo, a su vez consejero de Cultura en la Junta de Andalucía, es una prueba más del trasvase de votantes socialistas moderado hacia los populares.