El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha salido airoso de este primer debate electoral sin arriesgar lo más mínimo. Consciente de que tenía mucho más que perder, frente a ganar, su postura ha sido conservadora en todo momento, midiendo cualquier intervención y sin entrar en polémica alguna, renunciando incluso a aprovechar minutos sueltos que le quedaban en sus turnos de réplica al final de los bloques. El gobernante centrista ha contado esta noche con un aliado involuntario. Se trata de su vicepresidente Juan Marín, candidato de Ciudadanos.
El dirigente liberal ha servido de escudo ante los ataques del resto de candidatos, no porque haya salido a defender a su socio del PP, sino porque ha aprovechado la coyuntura gubernamental que ambos aún protagonizan y de la que ha presumido. Moreno se ha centrado en alardear de su gestión económica, circunstancia tenida en cuenta por su socio para sacar pecho de las políticas públicas de Cs en estos tres años, especialmente en materia de autónomos, rebajas fiscales y quita de trabas burocráticas.
“Más de cuatro millones de andaluces se han beneficiado de las bajada de impuestos, ha subrayado Juan Marín. Además, ha proseguido, “uno de cada dos altas de la Seguridad Social es un andaluz”.