Instituciones Penitenciarias ha decidido que el ex director general de la petrolera mexicana Pemex Emilio Lozoya sea trasladado de una cárcel de Málaga a otra de Madrid por cuestiones administrativas, según han informado a Europa Press fuentes del caso. La fecha del traslado aún no se ha cerrado pero la decisión se ha adoptado por cuestiones de cercanía a la Audiencia Nacional, el órgano judicial competente para decidir sobre la orden de extradición emitida por las autoridades mexicanas.
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno decretó el pasado 13 de febrero el ingreso en prisión provisional incondicional y comunicada para el exdirector general de la petrolera mexicana por entender que existe riesgo de fuga. Según las citadas fuentes, la previsión es que sea trasladado en los próximos días a Soto del Real, el centro de referencia de la Audiencia Nacional.
Lozoya fue arrestado un día antes en la lujosa urbanización de La Zagaleta por una Orden Internacional de Detención emitida por las autoridades mexicanas, que le buscaban por “un delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita”, equivalente a blanqueo de capitales en España y que comprende una pena máxima prevista de 15 años de prisión.
Vida en prisión
El exdirectivo de Pemex declaró desde Marbella por videoconferencia y, según las fuentes consultadas por la citada agencia se encuentra desde entonces ingresado en el módulo cinco de Alhaurín de la Torre, en Málaga. En este módulo están los internos preventivos primarios, es decir, aquellos que ingresan por primera vez en la cárcel.
La dirección del centro penitenciario malagueño no ha visto necesario aplicar en este caso ningún protocolo de seguridad complementario, por lo que Lozoya, que se encuentra solo en una celda en la que dispone de aseo, hace vida normal como el resto de presos.
La celda es la misma para todos los presos de Alhaurín de la Torre. Tiene capacidad para dos internos y es de unos nueve metros cuadrados, con mobiliario de hormigón, excepto las dos camas en literas, que están ancladas al suelo. Tiene un mueble y una mesita, ambos de obra, además de un lavabo y un inodoro.
La cárcel de Málaga tiene un horario que arranca cada día a las 8.30 horas. Entonces los presos salen a desayunar e inician sus actividades, si optan por apuntarse a alguna. A las 13.30 horas tienen la comida y luego disponen de un descanso. La cena está fijada a las 19.30 horas y vuelven a sus celdas a las 20.30 horas.
Relación con el ‘caso Odebrecht’
Emilio Lozoya Austin está siendo investigado en México por recibir presuntamente 10 millones de dólares de forma fraudulenta de la constructora Odebrecth, implicada en múltiples casos de corrupción en el continente americano.
Se le imputan delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Por ello, las autoridades mexicanas habían emitido una orden de búsqueda y captura a través de Interpol.
El juez justificó su orden de ingreso en prisión en que no consta arraigo laboral y domiciliario en España de Emilio Lozoya, quien en su declaración ante el juez señaló que llegó al país “hace sólo dos días”. En el auto se detalló que, en el momento de la detención, Lozoya viajaba en “un taxi de una empresa privada” y que como medio de identificación sólo tenía un carné de conducir mexicano falso.
El auto del juez advirtió de que esta medida de prisión provisional quedará sin efecto en caso de que en el plazo de 45 días no se presente la solicitud de extradición por vía diplomática ante el Ministerio de Asuntos Exteriores o el Ministerio de Justicia. Una vez se reciba esa documentación por parte de las autoridades mexicanas, la Audiencia Nacional convocará una vista de extradición donde decidirá si se le entrega o no.
Durante este periodo, la defensa del exdirectivo de Pemex también puede recurrir ante la Sala de lo Penal la medida de prisión provisional, para que pase en libertad el tiempo hasta que se resuelva la extradición.
Director general de Pemex entre los años 2012 y 2016
Lozoya fue director general de Pemex entre los años 2012 y 2016. El arresto el 12 de febrero en los alrededores de una urbanización de Marbella por la Policía Nacional corrió a cargo de agentes del Grupo de Localización de Fugitivos Internacionales de la Comisaría General de Policía Judicial y de la UDYCO de la Comisaría Provincial de Málaga.
Las autoridades mexicanas iniciaron una búsqueda internacional para detenerle tras fugarse en mayo de 2019 cuando su nombre apareció como presunto responsable de un entramado de corrupción por actividades llevadas a cabo durante los años 2012 y 2013, cuando ejercía como director general de la petrolera mexicana Pemex.
Fruto de la colaboración entre la Fiscalía mexicana y la Policía Nacional se obtuvieron indicios que situaban al fugitivo en diferentes localidades españolas, si bien el alto poder adquisitivo y sus lazos internacionales complicaban su localización.
Finalmente, y tras nueve meses de investigación, las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Nacional permitieron situarle a principios de este año en la provincia de Málaga, procediendo a su detención la semana pasada.
Entrada de Pemex en Hijos de J. Barreras
En septiembre de 2012, Pemex y la Xunta de Galicia anunciaban la firma de los contratos para la construcción de dos floteles (uno en Barreras y otro en Navantia-Ferrol) y, algo más de un año después, a propuesta de Emilio Lozoya, el Consejo de Administración de PMI (filial de la petrolera mexicana) aprobó la compra del 51 por ciento de las acciones del astillero vigués por 5,1 millones de euros.
Esta compra, apadrinada por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo (en cuya agenda pública figuraron encuentros con Lozoya en 2013 y 2014), se escenificó en diciembre de 2013, en una visita de mandatarios de la empresa mexicana a Vigo. En esa visita, se anunciaron varios contratos más, que nunca llegaron a hacerse realidad (un atunero, tres ‘buques-tanque’ y otras tres unidades que tampoco se concretaron).
Más tarde, la bajada del precio del petróleo y el cambio de gobierno en México, donde el presidente López Obrador anunció la revisión de contratos y una investigación sobre la “corrupción” en la petrolera, hicieron que el astillero vigués se convirtiera en un quebradero de cabeza para Pemex.
De hecho, la estatal azteca ha trasladado su intención de deshacerse de las acciones, y recuperar los 5,1 millones de euros, así como los 8 millones depositados en garantías.